Intenta aceptar

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Jungkook después de que sus lagrimas cesaran,  se levantó y se vio al espejo. Se veía totalmente destrozado. Tenía nariz y ojos enrojecidos. Estaba roto.

Se sentó en la cama y pensó.

Tendría que aceptar lo que sus padres han escogido para su vida. Era un desafío que no tendría otra escapatoria. Jungkook sabía que no podía hacer nada más que callar.

Miró por la ventana, el patio repleto de lindas flore, el viento tan fresco, tan sutil, tan hermoso, tan tranquilo.
A Jungkook solo le venían recuerdos de las pocas cosas que había visto de Paulette. Pues es que desde aquella tarde ahora estaba siempre en su memoria.

"¡Por favor. Ya sal!". "¡Esto no terminará nada bien!".

Gritaba el alma de Jungkook.

—No podemos amarnos. ¿No?. Que idiotez digo, apenas la conozco —se dijo Jungkook así mismo—. Pero... sí no es amor. ¿Por qué mi corazón late tan rápido al verla? Se veía hermosa hoy cuando la vi.

Jungkook suspiró profundamente.

Su corazón latía con tanta rapidez,  no podía dejar de imaginar si las cosas fuesen diferentes, y Paulette estuviese en el lugar de Claire, sonaba como un lindo sueño, un hermoso, lejano e imposible sueño.

—Y si tengo que olvidarte tan rápido como cuando te conocí,  siento que mis sentimientos son tan enormes, te dejaría ir porque lo que siento debe ser aniquilado y si no lo hago yo, lo harán mis padres.

El joven Jeon se levantó,  tomó una hoja y una pluma,  se sentó en su pequeño escritorio que tenía en su mismo cuarto.

Empezó a escribir en esa hoja en blanco.

"Nunca había escrito por alguien, nunca pensé en estar redactando tal cosa. Redacto muy seguido pero ahora me he enamorado de unos hermosos ojos oscuros que me encontraron una tarde mientras que lloraba como un tonto, y lo que siento por esa hermosa sonrisa no lo puedo decir a nadie, preferiría redactar aquí cada palabra que sale desde mi ser. El sentimiento de no poder entregar esta carta a su destinatario me duele. Así como aceptar que no estará en mi vida"...

La puerta sonó.

—¿Jungkook? —alguien dijo desde el otro lado de la puerta.

Jungkook se asustó y miró su carta. Debía esconderla.

—¿Sí? —dijo Jungkook intentando guardar la carta.

—¿Estas bien? —era Ara Hee.

—Sí —dijo Jungkook de inmediato. Se aproximó a la puerta y le abrió.

Jungkook había guardado las hojas de papel aunque una estaba tirada en el suelo.

—Te traje té. Para que te sientas mejor hermanito —Ara le ofreció la taza de té a Jungkook el cual la tomó muy cómodo.

Ara Hee se sentó en un lindo asiento que tenía el Joven Jeon en su amplia habitación.  Vio como su hermano estaba sentado en la cama mientras tomaba la taz de té. Vio que las manos de Jungkook estaban inquietas e incluso vio que la nariz y ojos estaban rojizos.

—¿Estabas llorando? —preguntó la mayor.

El pobre chico casi se ahoga con el te.

—No. —contestó Jungkook, negando algo que para Ara ya era muy evidente.

—¿Estás seguro? ¿No me mientes pequeño Jungkook?.

—No Ara. Estoy bien.

—Tus manos está ¿lesionadas? ¿Estuviste rascando con fuerza? —preguntó un poco molesta por la conducta del menor.

Orgullo, Prejuicio y tu cruel sonrisa- Jeon Jungkook.Where stories live. Discover now