Capítulo 28: ¿Qué hacer?

12.4K 956 31
                                    

Las horas con Benja, como siempre, pasan volando. No lo digo solo por lo que hacemos en la cama, sino también por nuestras conversaciones, por cómo me hace sentir, por sus caricias, porque podría pasar días enteros de mi vida contemplándolo. ¿Será amor?

Muchas veces me pregunto qué es lo que siento por él realmente, si me gusta por su forma de ser, por algo físico o por cómo es conmigo. La conclusión siempre es una: Por todo eso y más.

Le pedí que durante la noche no tocáramos el tema de mi ex, para no arruinar el bello momento que estábamos viviendo juntos. Era nuestra tercera vez juntos y cada vez, me convencía de que él es justamente lo que necesito en mi vida. Observarlo, desnudo a mi lado, durmiendo como un pequeño niño indefenso, que confía absolutamente en mí, me hace sentir plena.

Al verlo así, no puedo dejar de pensar en mi pasado. Creí amar, creí que me amaban y era tan falso. Ahora viéndolo a él, me doy cuenta. El amor puede ser distinto, pero para conocer el amor de verdad, primero debes sufrir, debes aprender que la vida no te da todo fácil.

Decido levantarme y darme una ducha mientras Benja descansa tranquilo, la noche fue muy agitada para ambos, pero yo no puedo seguir en la cama con tantas ideas dando vueltas en mi cerebro.

Luego de una ducha rápida, me seco el cabello lo más que puedo y voy donde Benja, solo con una toalla que envuelve mi cuerpo. Me siento a su lado y le doy un beso en la mejilla.

—Despierta, Benja, ya es tarde.

Finge no oír mis palabras y mantiene los ojos cerrados. Vuelvo a besarlo, esta vez en los labios y le digo que despierte, nuevamente. Esta vez me hace caso.

—Debería demandarte por estar provocándome un día sábado en la mañana —reclama entre risas.

—¿Qué?

—Te ves hermosa así.

—Gracias.

—Me levanto y luego nos iremos a mi departamento, pasarás este fin de semana conmigo.

—Pero...

—No hay peros, mi amor. Hice un enorme sacrificio para estar contigo, lo mínimo que puedes hacer es corresponderlo.

—¿Mi amor? —digo confundida ante la frase.

—Sí, Soledad. ¿Qué esperabas? ¿Crees que no te amo? Pues sí, no sé desde cuándo ni cómo, pero no puedo dejar de pensar en ti, me encantas y aunque sea demasiado pronto sé que te necesito y que estoy dispuesto a todo con tal de tenerte a mi lado.

—Me dejas helada —respondo con timidez.

—Soledad, no sé qué te sorprende. ¿Qué persona que no siente nada por ti va a hacer lo que hice yo? No pienses que estoy jugando contigo, no es mi estilo y tú tampoco te lo mereces, ya has sufrido demasiado.

—Benja, no sigas por favor, sabes que para mí, esto es muy pronto. Tengo una serie de líos en mi cabeza y las malditas heridas no han sanado, sabes que necesito tiempo.

—Las heridas no sanan solas, si no las cuidas se infectarán y jamás podrás sanarlas. Necesitas un buen remedio.

—¿Y el remedio eres tú? —pregunto.

—Solo si tú me dejas curarte.

—Benja, sé que te quiero, pero de ahí a hablar de amor... Mejor no hablemos de esto ahora.

—Como quieras, si quieres ir con calma está bien. Solo te pido que no me digas que me aparte de ti, si tienes algún problema, juntos podemos resolverlo. Ahora, por favor vístete, que me están dando unas ganas enormes de...

—Bueno, no lo digas, ya entendí.

Le doy un suave beso en los labios y luego me aparto. Él se va a la ducha. Yo pienso en aquellas hermosas palabras. Pensaba que los hombres como Benjamín estaban extintos, pero veo que no, solo están en peligro de extinción. "Te amo" esas palabras, que en otra boca me parecieron tan frías y sin sentido, sin embargo, al ser pronunciadas por Benja suenan tan consoladoras, dulces. Pero aunque yo lo amara también ¿Qué puedo hacer estando en mi situación?

Me siento cada vez más presionada, entre las ideas de conservar a mi hija o conocer el verdadero amor. Es obvio que no puedo renunciar bajo ninguna circunstancia a lo primero, pero ¿Por qué no se puede tener todo en la vida? Debe haber alguna posibilidad para ambos, no puede acabar así, no es lo que quiero para mi vida.

Al rato vuelve Benja, con su cuerpo semi mojado y con la toalla rodeando su cintura. La visión de su cuerpo es perfecta, deseable por donde se le mire. Se desnuda frente a mí y pasa la toalla por su cuerpo y luego se comienza a vestir. Un mar de sensaciones pasa por mi cuerpo. ¡Es tan tentador verlo así!

Pedimos un taxi y nos vamos a una cafetería a tomar desayuno. Disfrutamos de un exquisito capuchino y de una agradable conversación, hasta que se me ocurre la genial pregunta:

—¿Cómo conseguiste que te cambiaran de local?

—No quiero hablar de eso, lo conseguí y punto.

—No me digas eso, quiero saber —insisto.

—Vamos, no hablemos de cosas desagradables ahora, ya tendremos tiempo de aclarar todas las dudas.

—No me digas que te acostaste con la vieja—.La idea me indigna más de lo que puedo imaginar, Benja abre los ojos y me mira casi con odio.

—¿Cómo se te ocurre pensar eso? ¿Por quién me tomas, Sole?

—Dijiste que estabas dispuesto a todo —digo en tono de disculpa.

—Pues a eso no, yo solo quiero estar contigo.

—Entonces...

—Le dije que hablaría con los jefes de su propuesta si no me cambiaba, lo mismo que pensabas hacer tú —confiesa.

—Perdón, lo siento.

—No todos somos como tu ex marido —dijo enojado.

Ahora me siento mal, no sé cómo se me pudo ocurrir eso, pero tiene razón, tiendo a creer que todos los hombres son iguales cuando no es así. Luego de esa pequeña discusión nos mantenemos en silencio. Benja pide la cuenta y antes de que pueda nada decido pagarla, esperando que mi acto no lo enoje más. Lo convencí diciendo que era mi forma de reivindicarme por pensar mal de él.

Tomamos un taxi y decidimos pasar a buscar algo de ropa a mi casa, para luego irnos caminando de la mano por la calle en dirección a su departamento. La idea de no quedarnos en mi casa, era para prevenir que en cualquier momento apareciera por sorpresa mi ex y me viera con Benjamín.

Al llegar a su departamento, él me pide que me siente y se coloca frente de mí. Me mira con seriedad, sé que eso anuncia algo y me preocupa.

—Ahora, me vas a contar todo lo que pasó con tu ex, no vamos a seguir postergando esta conversación.


Segunda oportunidadWhere stories live. Discover now