Capítulo2. "Víboras andantes"

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Tras la segunda guerra mundial y antes del declive temporal de europa, miles de intelectuales y científicos emigraron a Norte América, incluyendo a Andreas Wagner. Pese a los problemas que se estaban desarrollando en el mundo, el pueblo jamás se vio afectado por estos tipos de situaciones. Muchas veces se comentaba que el pueblo parecía pertenecer a un mundo paralelo. Por ello los Collins, Wagner y Salvatore apostaron todas sus cartas en la universidad Colford y lo más sorprendente es que apostaron y ganaron.

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El viaje fue muy corto o eso me pareció a mí, llegó un momento donde la ciudad no era visible. Sólo se veía infinidad de tonalidades que caían de verdoso a amarillo, la  carretera estaba inundada de hojas secas que con nuestro paso emprendían un pequeño vuelo y regresaban a reposar. El olor a bosque se colaba por la ventanilla, mi cabello suelto y largo parecía un tornado, gracias al frío pero satisfactorio viento que entraba por ésta.  No volvimos a hablar, todos decidimos disfrutar del magnífico silencio. El auto giró a la derecha y continuó por una gran calle asfaltada. De forma abrupta todo lo selvático desapareció para proporcionar una vista espléndida.
Grandes edificaciones se abrían paso, árboles sembrados en el lugar preciso, no por doquier, arbustos podados de formas simétricas y césped perfectamente picado. Chicas y chicos en grupos
proporcionádose abrazos  calurosos, autos de todos tipos, caros, muy caros y extremadamente caros.

Nos abrimos paso entre las personas ya más que regadas por el campus. Mi corazón latía de una forma anormal, no era miedo, más bien emoción por ver todo, conocer todo y saber todo de todo. Mis hermanos comenzaron a peliar porque Adam fumaba en el coche y Allan le decía que parara que todo después olía a mierda. Desconecté mi atención y me centré en lo que me rodeaba. (Confirmación mental) Viviré rodeada de víboras andantes. Joyas, carros, bolsos, zapatos, ropas, relojes...etc., todos extremadamente caros. Aquí no sólo  estudiaban personas de todo el mundo, aquí estudiaban hijos de empresarios exitosos, de padres con cuentas bancarias con más ceros de los que puedas contestar, con madres modelos, actrices y por supuesto hijos de narcotraficantes que se esconden tras la perfecta fachada de políticos. Las sanguijuelas venían de todo el planeta para reunirse en un solo lugar, Colford —por ello las innumerables  celebraciones que realizan.
  Mi familia a pesar de sus incontables defectos, siempre nos enseñaron a ser personas que no fueran egoístas, ni superficiales, tampoco materialistas ni presumidos. Cosas que tenían toda la pinta de ser estos chicos.

El auto frenó de repente y no tuve tiempo de sostenerme provocando una caída entre el asiento del conductor y el trasero.

—¡Coño, Allan...!—no tuve tiempo de protestar porque una voz femenina me interrumpió en un grito.

—Pero mira lo que me trajo la marea—dijo la  voz. Adam con una mano me ayudó a levantarme . En mi campo de visión apareció una chica de cabello negro con lentes  de pasta color  rosa y miré a Adam en busca de explicaciones pero se encogió de hombros.—¡Si son mis gemelos del gran poder!—volvió a hablar la chica pero esta vez, señaló su entrepierna recalcando en (el gran poder) fue imposible no soltar una risa. Adam suspiró y frunció un poco el ceño.
—¡Allan, llévame a la residencia!—Dijo la chica alegre.

—Lo siento mucho preciosa pero llevo a mi hermanita pequeña y ya sabes...—Ella asintió y le lanzó un beso con la mano. "Loca". Adam negaba y encendía otro cigarrillo.

—Es muy guapa Allan, ¿fue tu novia?— Era una pregunta pero sonó más como una afirmación.

—Abril, de los dos, Allan es el más sentimental. Si fuera más como yo..... Polvo y para la casa; pero no, él es más de polvos, terminó, beso en la frente, le agradece y si la chica le dice que se quede le prepara el desayuno y todo, fíjate que se le pegó una psicópata...

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