Cap. 27

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27. NOTICIAS.

La única vez que recuerdo que el capitán me puso en regla fue a los siete años, me costó la cena, 50 abdominales y una corrida por el campo de entrenamiento. Ahí, frente a todos los soldados mi nivel de humillación había superado las expectativas.

Y ahora estaba aquí, tendida en el suelo con una mano en la mejilla, entre Quentin y el Capitán.

Por una pequeña fracción de segundo pude ver como el capitán reaccionaba sorprendido, e incluso apenado, sé que la intención no era golpearme a mi, sino a Quen, pero yo no podía permitirlo, no por mi culpa. Como sea, el capitán se recuperó de inmediato y la mirada de dureza volvió a él.

-Lo que dijiste...

Ni siquiera pudo terminar, jamás escuché la voz del capitán quebrarse.

- Lo siento yo....

- No... disculpate con tu hermana...

- Por supuesto que no -dijo Quentin.

Wen resopló como si estuviera escuchando la cosa más absurda.

Quentin la fulminó. - Cierra la boca Wendy...

- No le hables así -ordenó el capitán.

Y asi, de la nada, como cuando las personas que están a punto de morir ven su vida pasar por su mente, vinieron a mi cabeza todos esos momentos en los que fui culpada injustamente por Wen, cuando rompió su muñeca Barbie y le dijo a mamá que yo lo había hecho, cuando olvidó la tarea y le dijo a mamá que yo la había ocultado, como ella fue enviada a una escuela normal mientras yo estudiando en la escuela militar me sometía a los peores castigos por ser la hija del capitán, como a mi se me vio con desdén cuando decidí dejar la casa de mis padres para ir a una universidad normal a estudiar literatura y como a Wen no se le dijo nada a pesar de que decidió no ir a la universidad y como perdí mi trabajo en Publisher Weekly por su culpa.

Si, ya estaba molesta.

- No -me puse de pie- , tiene razón no lo haré.

Pude ver a Liam por el rabillo del ojo, aún petrificado en el marco de la puerta, como si se debatiera entre intervenir o no... aunque creo que ya era un poco tarde para eso.

- ¿Qué?

- ¿Cómo puedes ser tan dura? -preguntó Wen entre lagrimas- No voy a casarme... ¿Eso era lo que querías? Sabes, solo porque tu seas una zorra incapaz de conseguir un buen marido no te da derecho a...

- No vuelvas a hablarle así a Luce -ordenó Quentin volviendo sus manos en puños a los costados-. Mucho menos a llamarle Zorra, que a ti nadie te hace sombra.

La cara del capitán se tornó roja. Mi madre lloraba como Magdalena y mi hermana me lanzaba una miradas de odio.

- Vas a llamar a ese periódico y vas a desmentirlos -me ordenó el capitán.

Sabía que era lo correcto, debía disculparme y tratar de enmendar el error, pero estaba molesta, harta y ya comenzaba a sentir el estómago revuelto.

- No.

- ¿Qué? -preguntó aún más molesto.

- No lo haré, nada de lo que dije es mentira y...

Me callé porque vi la palma de su mano alzarse sobre mi cabeza y ya podía sentir otro golpe fuerte en la mejilla....

Peero eso no fue lo que pasó.

Todavía no sé si agradecer o preocuparme por ello.

Sentí un fuerte tirón hacia atrás y un cuerpo grande y erguido estaba frente a mi. Liam estaba entre el capitán y yo, de inmediato logró apartar la mano de este para evitar que nos diera a ambos un fuerte zampaso en la cara...

Reina del Desastre (LR #1) *DISPONIBLE EN LIBRERÍAS*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora