La apuesta perfecta [1]

Capítulo 10.

Mi pregunta es como rayos la voy a enamorar, me he preguntado esto todo el fin de semana.

Es domingo y tengo que pasar por mi prima pequeña para llevarla a la biblioteca. En estos momentos estaría dormido o viendo televisión. O en casa de Eduardo, pero no.

Mi tía me habló para pedirme de favor si podía pasar por mi prima Alison de seis años, para llevarla a la biblioteca a que fuera a escuchar al cuentacuentos de los domingos. Me lo pidió ya que hoy iba a estar muy ocupada haciendo cosas... Por cosas me imagino que pelear con el papá de Alison y no quiere que ella esté presente.

Si cosas, aunque mejor no quiero indagar más sobre el tema a veces es mejor no preguntar, pero tratándose de Alison no me queda de otra más que aceptar.

Ya estoy fuera de la casa de mi tía Tiffany, toco el timbre y la puerta se abre tan rápido que no me da momento de quitar mi dedo del timbre.

—¡Eliot llegaste! —Me dice una voz dulce, mientras se lanza para abrasarme.

La cargo. Tengo dos primas Alison y Kate... Son casi de la edad, aunque Alison es más social que Kate para su joven edad. Pero lo cierto es que soy más unido a Alison, así que cuando la veo siento que es demasiado pequeña y siempre tengo el instinto de protegerla, es lo más cercano que tengo a una hermana.

—Hola pequeña, ¿Como estas? —Ya está más grande desde la última vez que la vi, eso fue hace una buena temporada ahora que lo pienso.

—Feliz por verte, quiero que conozcas a mis amigos y al cuentacuentos, siempre nos lleva dulces y es muy amable con todos —Está súper emocionada, eso lo puedo notar ya que empieza a hablar con tanta rapidez que no le entiendo del todo—, estoy muy feliz por qué tú me lleves.

—Eso estaría bien —Le digo mientras con mi dedo índice le empujo su nariz hacia abajo— ¡Tiffany ya nos vamos! —Grito, me imagino que se encuentra preparando para lo que vaya a hacer hoy.

—¡Si está bien, y gracias por cuidar a Alison, nos vemos en la tarde! —Tal vez la traiga un poco más tarde, para que hagan sus cosas sin tanta presión.

Nos subimos al coche, en el camino Alison me cuenta todo sobre las anécdotas de la biblioteca, desde su entrada al baño de niños por error, hasta caer en una pila de libros, me cuenta sobre sus amigos, pero más sobre un niño llamado Matías, me cuenta que él tiene un hermano menor de cuatro años que se llama Thomas, me cuenta que Matías la molesta mucho, pero que le agrada.

—Ya verás que la Señorita Pond te agradará mucho —Me dice mientras vamos caminado al pasillo, ella me dirige por dónde, ya que la biblioteca es muy grande.

—¿La llamas por su apellido? —Es raro, en lugar de su nombre o algo. Y más porque Alison apenas es una niña.

—Me gusta su apellido, también su nombre, pero el apellido más es como el de la chica que sale en "Doctor Who" aparte de que ella también es pelirroja —Responde un tanto ilusionada, buena explicación para una niña de seis años.

Pond, pond. Me suena un poco ese apellido.

Llegamos, muchos niños ya están sentados en sillones pequeños, a decir verdad, se me hace muy curioso ver aquella escena. No puedo evitar reír un poco.

Ella se va con un niño, él la abraza, y Alison lo empuja, debo de aceptar que es muy gracioso esa escena también. El niño estaba con una chica mayor, solamente la puedo ver de espalda, con su cabello recogido, ella ha de ser la señorita Pond por la descripción que me dio Alison hace unos instantes.

Entonces voltea y me ve. Aquella mirada tan dura...

Ella debe ser la señorita... Pond. Con razón me sonaba el apellido.

Leire Pond.