❝𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗨𝗥❞ DREW STARKEY ©

42. despedida

CUANDO EL TAXI SE DETUVO FRENTE AL AEROPUERTO SUPE que el momento de decir adiós había llegado. Me hubiera gustado dar un último paseo en la motocicleta de Drew, sin embargo la pesada maleta que me acompañaría en mi viaje no me lo permitía.

El corazón me latía desenfrenadamente en el pecho y las manos me sudaban con ligereza. Aquel enorme recinto se veía como el último lugar donde quería estar en esa noche estrellada, sin embargo ya era tarde para arrepentimientos.

─Lucy─ oí a Drew decir junto a mi. Cuando giré a verlo noté su mirada triste y caída. Aquellos ojos azules que tanto brillaban siempre ahora estaban opacos. Me indicó que bajara del auto y, luego de un fuerte suspiro, eso hice.

Recibí de su ayuda para bajar la maleta del maletero, y sentí mis pies pesados a la hora de comenzar a caminar en dirección al aeropuerto. Mi mano estaba sujeta a la de Drew, entrelazando nuestros dedos como si eso fuera capaz de mantenernos unidos.

Nuestros pasos eran lentos, buscando alargar el momento, y ni siquiera la esencia alegre de aquella noche de primavera lograba hacerme sentir mejor.

Nos encaminamos hacia la cafetería allí, porque aún me quedaban unos veinte minutos antes de tener que abordar el avión y qué mejor manera de despedirse que compartiendo un café?

─un espresso para ti─ Drew llegó a la mesa con dos vasos en sus manos, dejando uno de ellos frente a mi. Le sonreí en agradecimiento ─y un latte para mi─

─cómo supiste que me gustaba el espresso?─ pregunté intrigada. Me observó con obviedad mientras se sentaba frente a mi y yo sólo suspiré sonriendo al saber qué significaba esa mirada ─sabes qué? Olvídalo─

─soy muy observador─ comentó, dándole un sorbo a su bebida y haciendo una mueca cuando su lengua sintió las altas temperaturas. Reí ligeramente.

─ya veo─

─entonces, no te olvidas nada? ¿Cargador?¿billetera?¿documentos?─ preguntó, moviendo su pierna debajo de la mesa de arriba a abajo con ansiedad, podía sentirlo por el temblar de la mesa. Llevé mi mano hacia su rodilla y lo acaricié queriendo calmarlo.

─no me olvido nada, supongo─

─si, sería terrible que te olvidaras el pasaporte y tuvieras que quedarte─ habló con ironía, ya más calmado.

─claro que seria terrible para mí quedarme con cierto oso que se ocupa toda la cama mientras duerme─ lo acusé, señalándolo. Abrió la boca indignado, aunque sabía que quería reír porque tenía en claro que decía la verdad.

─eso no es cierto!─ se defendió, pero luego sonrió de lado con picardía ─además, siempre está la posibilidad de que duermas encima de mi─

Bajé la mirada hacia mí café, manteniendo mi sonrisa, porque, a pesar de que sabía que pronto sería nuestra despedida, Drew siempre conseguía hacerme sonreír.