❝𝗡𝗘𝗜𝗚𝗛𝗕𝗢𝗨𝗥❞ DREW STARKEY ©

39. sorpresa

LOS ÚLTIMOS DÍAS EN LA CIUDAD ESTABAN LLEGANDO A SU FIN Y DREW se había pasado el día entero alardeando sobre una sorpresa que tenia para mí y que me mostraría durante la noche. Las semanas se habían pasado volando y apenas caía en que sólo faltaban un par de días antes de irme.

Esa tarde, llegando al anochecer y luego de un largo baño, Drew había dejado un bonito vestido blanco y largo de satén con un corte en la falda que dejaba ver mi pierna. Era precioso, y me preguntaba cuánto le había costado conseguir un vestido de tal magnitud.

Sin embargo no me detuve a pensar en nada y me apresuré a ponérmelo, colocandome un maquillaje liviano y dejando mi cabello húmedo suelto. No tenia idea de qué planeaba Drew para mí, pero comencé a hacerme una idea en el momento en el que vendó mis ojos sin siquiera dejarme ver cómo vestía él.

─Drew, que es todo esto?─ pregunté entre risas al sentir repentinamente sus manos en mi cintura, guiándome.

─shh, los vecinos te van a oír─ susurró sobre mi oído, poniéndome la piel de gallina.

─me harás bajar las escaleras? Drew te advierto que si intentas lesionarme para que no me vaya...─

─no haré eso, boba!─ respondió y sabia que estaba sonriendo ─sólo confía en mi y déjame que te lleve a la sorpresa que tengo para ti─

─puedo intentar adivinar qué es?─

─no─

Decidí guardar silencio en lo que daba pasos torpes y desconfiado durante el camino hacia donde sea que me estuviese llevando Drew. Estaba ansiosa por saber de qué se trataba, aunque tenia una leve sospecha, pero eso no le quitaba emoción al asunto.

Al cabo de unos minutos, que se me hicieron eternos, sentí como la temperatura del ambiente descendía y una brisa de aire fresco me recorría el cuerpo.

Tuve el impulso de abrazarme para obtener algo de calor, pero la sensación de algo envolviéndose en mis hombros se adelantó y supe al instante que Drew me había colocado su chaqueta, lo supe por su aroma impregnado en la tela.

Aquel detalle sólo me hizo sonreír.

─hemos llegado?─ comenzaba a impacientarme, ya no podía esperar por saber qué tramaba.

─sólo unos pasos mas y...─ continué caminando como él me lo había indicado, hasta que sus manos me detuvieron de dar un paso más ─...listo─ la venda fue retirada de mis ojos y tuve que parpadear un par de veces para adaptarme a la poca luminosidad presente.

Cuando al fin pude distinguir lo que se hallaba frente a mi abrí mis ojos como platos. Nos encontrábamos en la terraza del edificio, lugar prácticamente no recurrido por los residentes del edificio. Lo recordaba descuidado, incluso algo sucio, pero ahora lo veía y parecía un lugar completamente diferente.