Leebit [Knowmin]

3

Terrores nocturnos, insomnios y miles de pensamientos de Leebit persiguiéndolo habían sido su pan de cada día. No podía dejar de pensar en ese día en el que estuvo cerca de la muerte.

Aún así había seguido su rutina normal como el muchacho terco que era. Había ido al Subway donde trabajaba Jisung, el chico que había conocido en aquella noche. Al llegar el chico en seguida lo reconoció.

— ¡Seungmin!— le sonrió.

— Hola, Han

—Vaya, hermano. Tienes unas ojeras horribles —Le comento entre risas, aunque había preocupación en sus palabras. Seungmin era un cliente frecuente y se habían estado viendo constantemente después de aquella vez. Seungmin ya le había contado de su encuentro con Leebit. Han casi sufrió un ataque cuando se enteró y regaño una vez más a Seungmin por andar tarde en las peligrosas calles.

—Exámenes, ya sabes — Mintió.

—Esto no es por los exámenes, ¿Verdad? - Han negó con la cabeza— Es Leebit.

—No digas su nombre —Dijo Seungmin al sentir un escalofrío al escuchar dicho nombre —El es como Voldemort, su nombre nunca debe ser dicho.

—No seas exagerado —Se rió.

—Vamos, Han. Si lo vieras comprendieras el terror que ese tipo da. Es terrible - refunfuñó.

—Si lo viera yo confirmaría si sus muslos son así de gruesos y firmes como se ven en la TV.

—Eres un caso perdido —negó y el otro volvió a reír.

-—Ya, come tu hamburguesa y vete a casa. No queremos que tú Voldemort te vuelva a encontrar.

Maldiciendo a Han Jisung salió del lugar. De nuevo pensó en ir por ese callejón que había tomando ese dia pero al final no lo tomo. Se dio la vuelta y comenzó a andar por la calle más transitada e iluminada. Iba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien caminaba directo hacía el.

Se poder preverlo chocó contra el cuerpo de la otra persona y hubiera caído de trasero si el otro sujeto no le hubiera sujetado del brazo.

—¡Lo siento! Oh, Dios. Lo siento mucho - Rápidamente se equilibró y dió varias reverencias de disculpa.

El hombre al que había chocado le cubría la cara una gorra pero logró ver cómo sus labios se curvaron en una sonrisita. El hombre siguió su camino pero se detuvo, dándole la espalda a Seungmin.

—Ya son dos veces, Seungmin— Le dijo la voz ronca de el desconocido.

Seungmin frunció el entrecejo sin entender.

—¿Disculpa? — Cuando estuvo por girarse a verlo, aquel hombre hablo una vez más.

—No te dejaré ir con vida la próxima vez, Seungmin.

Se quedó petrificado.

—¿Leebit? —Susurro apenas.

Leebit volteó.

No sabía porqué pero verlo ahí, como si nada, en una calle repleta de personas, tranquilo caminando, como si fuera un ciudadano normal, le enfureció. Apretó los dientes con rabia y le jalo del brazo a un callejón cercano.