—¿Pasa algo? —Pregunta Román.

No me había dado cuenta de que ya había salido de los vestidores. Y trae mala cara al verme tan cerca de su hermana.

—Nada, solo me tope con Valerio —Le dice Leire sin mucha importancia, como si no fuera nada— ¿Ya nos vamos? Quiero comer pizza.

Román asiente, y se van, sin antes voltearse a mí y dedicarme una mirada de: "Aléjate de mi hermana o te mato". Tal vez ha de ser por mi fama de mujeriego y no quiere ver sufrir a su hermana, si yo tuviera una haría lo mismo con ella, sobre eso de protegerla. Pero no tengo así que no se realmente como se siente eso.

—Ella te odia, se le ve en los ojos y en su forma de hablar, sería buena idea que te alejes de ella.

—Hijo de tu madre, me has dado un susto de muerte —Finjo que me dio un ataque a mi corazón. Pero ciertamente si salió muy sorpresivo.

—Siempre estás en tu nube que no te das cuenta de que estoy aquí —Dice Ed con su ceño fruncido—, que buen amigo eres Eliot.

Pongo los ojos en blanco.

—Ya lo sé, refiriéndome a lo de Leire, algo en mi cabeza me grita que me aleje de ella, ya que ella siempre me va a ver con cara de muerte, y todo eso, que no sería divertido... Y no la culpo la verdad —Me detengo un segundo—. Pero lo es, ir tras de alguien que no te hace caso, a alguien que le das igual, es divertido es algo nuevo para mí. Ya sabes. Estoy harto de que todas las chicas estén tras de mí, es muy fácil eso, me gustan los retos Ed. Y ella es uno muy bueno.

—Te interesa —Susurra más para él que para mí—, que raro ninguna otra chica te había interesado así, y menos en una semana de saber su existencia, y entre comillas, porque ya sabías de su existencia y no de la mejor manera amigo.

—Si lo sé... Y es demasiado extraño. Eso es lo peor, esto no va conmigo ni en mis sueños. Pero ella no me quiere ni ver, por ella estaría mejor si no existiera, hasta ella me dijo que prefería estar muerta a salir conmigo. ¡Nunca nadie me había dicho eso! —Creo que empecé a gritar.

—¿Y qué piensas hacer? —Ed parece muy interesado ante todo esto, y eso es muy extraño.

—No lo sé. Simplemente no lo sé —Me encojo de hombros—, tal vez alejarme y ya. Pero... Me agrada ese reto...

—¿Alejarte? Eso no sería nada divertido— Se detiene a pensar un par de segundos y después continúa—. Dijiste que te gustan los retos. Así que, ¿Por qué no Eliot?

—¿Por qué no? ¿Que? Exactamente.

—¿Quieres hacer una apuesta? —En su cara veo diversión.

—Eduardo, no estoy de humor para tus jueguitos de tus clásicas apuestas.

—Pero esta no es cualquier apuesta —Me dice con un tono convencido —, y no es un jueguito. Está apuesta sería para comprobar si Eliot el grande sigue sirviendo para esto, o está perdiendo su toque, su encanto para conseguir a las chicas.

Suspiro.

—¿De qué trata otra de tus múltiples apuestas? —Le preguntó sin mucha importancia.

—Mmm... Esto será divertido —Hace otra pausa—. Te lo aseguro Eliot.

—Bueno, ya suéltalo Ed.

—Te apuesto a que enamores a la Patosa.

—Deja de llamarla así —Pongo mis ojos en blanco—, espera, ¿Qué? ¿Por qué enamorarla?

Yo solo quiero ligármela, no enamorarla.

—Ya sabes, que ella quede completamente loca por ti —Me lo dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Comprendí eso de enamorarla —Aun así—, pero ¿Por qué enamorarla? Y sobre todo. ¿Qué ganarías con todo esto?

Conocía perfectamente bien a mi amigo, siempre hace sus apuestas para sacarle provecho a la situación, pero no le veo que podía ganar el con todo esto.

—Esto haría las cosas más entretenidas —Ríe un poco—, veamos, lo que tú ganas es tener la atención de ella, porque vamos ambos sabemos que quieres ir tras de ella, en menos palabras si ganas está apuesta te quedas con la chica. Pero si la pierdes, aquí es cuando yo salgo ganando, y eso sería verte humillar, porque en cierto modo eso no se ve a diario, ver humillar a Eliot de diferentes maneras diferentes días por alguien que jamás le hizo caso.

—Bien, veamos —Trato de hacer una recapitulación de lo que acaba de decir—, si yo gano, me quedo con la chica, si yo pierdo te burlas de mis humillaciones que voy a provocar tratado de conquistar a la chica.

—Exacto.

—¿Y cómo piensas que voy a hacer eso? Por si ya lo olvidaste, ella me odia —Le recuerdo—. Si me trató de meter con ella, estaría pisando territorio prohibido y sabes que es una de mis reglas, no pisar territorio prohibido.

—No se —Él se encoge de hombros—, tu sabrás al cabo eres el conquistador número uno de chicas de la preparatoria ¿Qué tan difícil puede ser una más?

—No entiendo que ganas con esto, comprendo la humillación, pero aun así siendo esto, es muy poco para ti. Te conozco —Recuerdo ese detalle.

—Lo sabrás a su tiempo... —Lo dice con una sonrisa maliciosa—, ¿La tomas o la dejas, Eliot?

Yo...

No sé qué hacer, claro que le diré que no, que la dejo, no puedo jugar con fuego, con este tipo de chica, y nunca he jugado a enamorar a alguien por ahí, solo a ligar nada más, esa es mi regla, solo ligar y ya, suena interesante esto, pero la voy a dejar.

Pero antes de que le de mi respuesta a Ed, ella regresa junto con Román a los vestidores.

—¿Tienes que ser súper olvidadizo siempre? —Ella le reclama.

Se ve muy linda con ese suéter rojo le queda muy bien con su cabello. Demonios ¿Como pude pensar eso?

—Perdón, no es mi intención —Román le responde apenado.

Román se mete al vestidor y puedo observar a Leire, como se muerde su labio, parece ansiosa, y Román sale del vestidor a los pocos segundos, no tardó casi nada adentro de este, sale con una chamarra de color verde y se van.

Esta chica me llama demasiado la atención en una forma inexplicable.

—La tomo —Eduardo parece sorprendido al inicio, pero después solo sonríe.

—Bien, quiero agregar que habrá un par de detalles sobre esta apuesta, que luego mencionaré —Agrega Ed—. ¿Te parece bien?

—Está bien, Ed. Me da igual. 

Tomé la apuesta de enamorarla, enamorar a Leire, sé que no será fácil, y esto es lo que lo hace más interesante. Creo que ahora es cuando logró sentir la emoción.

Un verdadero reto.

La apuesta perfecta [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora