Capítulo 1

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Baje las escaleras llamando la atención de los presentes. El sonido que producían mis pasos cada vez que bajaba un escalón era lo único que se escuchaba en el desayuno familiar.

—Buenos días— saludé con una pequeña sonrisa  bajando el último escalón y mi padre se levantó de su silla acercándose a mí.

—¿Princesa, no deberías estar en el aeropuerto?— negué mientras él acomodaba mi silla— ¿Qué sucedió?

—Decidí que quiero seguir aquí, en los ángeles, papá— alise mi falda con las manos y luego mire a mamá. No era del todo mentira, pero yo necesitaba quedarme por otras razones.

Como por ejemplo: molestar a tu obsesión.

No ayudes a tanto estúpida conciencia.

Bueno mis razones son: Hacerle nuevamente la vida infeliz a mi... Al mejor amigo de mi hermano. Realmente todo comenzó hace años cuando su mamá y la mía empezaron a realizar cenas muy seguidas para ambas familias. Desde ese día empezaron a hacer un día especial para que las dos familias se reúnan y pasar un "feliz día".

Obviamente para mí no fue así. Leo junto a mi hermano, Jack se burlaban de mí y hacían bromas de mal gusto de las coletas que me hacía mamá, de mis pecas y mis nervios.

Mamá siempre se lo tomó con humor, creía que a mi también me gustaban sus bromas. Pero era todo lo contrario. Poco a poco fui odiando mis pecas, mi cabello y todo de lo que ellos solían burlarse, empecé a usar maquillaje de mamá para taparlas y quitaba mis coletas cuando mamá no me veía.

Cuando cumplí doce años, vino mi primer periodo en una cena familiar y ellos se rieron tanto causando las risa de los demás que dure tres semanas sin salir de mi habitación. Fue realmente horrible.

Cuando tuve a mi primer novio de secundaria vino y se lo dijo a mis padres, obviamente me castigaron y me prohibieron tener novio a mis catorce años. Ni siquiera pude darle un beso. Odiaba que todo lo que hacía tenía que decírselo a mis padres, algo que ni él pendejo de mi hermano también hace.

Pero así fui creciendo hasta los dieciséis, donde mi cuerpo empezó a desarrollarse y ya no estaba plana. Todo chico que se acercaban, a mí, mi hermano lo alejaba hasta el punto que tuve que cambiarme de instituto.

Pero... ¿Adivinen qué? Mi hermano le dijo a papá que no porque así no podría apartar a los chicos que se acercaban con malas intenciones. Al final tuve que resignarme y aprovechar el poquito de libertad que me daban al graduarme del instituto. Pero lo malo era que la universidad estaba al lado de mi instituto. ¿Absurdo no?

De todos modos nunca se daban cuenta de lo que hacía y poco a poco dejaron de prestar tanta atención cuando empezaron a salir con chicas y eso. Pero seguían siendo estúpidamente abrumadores, tratandome como una niña pequeña y seguían siendo sobreprotectores.

¿Si verdad...?

Agarre el tenedor y miré a papá significativamente. Luego a mi hermano el mastodonte, de cabello rojizo (como el mío), ojos verdes, cejas gruesas, rasgos finos y portante de la chaqueta de sub capitán del equipo de Lacrosse, de 1.90 mirarme con los ojos entrecerrados y ponerme mala cara intentando abrir la boca para decir algo. Lo interrumpo.

—Además la chica que le gusta a mi hermoso hermano Jack, Estheysi me extrañaría demasiado y estaría muy agradecida con mi hermano si me apoyara— apretó los labios y miró a papá abriendo la boca por primera vez.

—Creo que no era necesario decir ese detalle tan insignificante Neanha. A tu hermano Jamás le gustaría una chiquilla como Esther, mejor calla y come — dijo mamá y asentí mirando mi plato con desde.

Sin Permiso✔Where stories live. Discover now