Hacer galletas (Bookstore & Coffeeshop AU)

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—Aquí tiene, café con leche con doble de caramelo, un chocolate con triple de nubes, un bollo relleno de mermelada de frambuesas y una galleta de azúcar con la forma de muñeco de nieve —repasó Hipo ante una mujer que cargaba con un montón de bolsas junto con su hija que tenía los ojos puestos en su móvil—. Será doce con cincuenta, por favor.

La mujer pagó con tarjeta, aunque tuvo el detalle de dejarle propina en el tarro antes de que ella y su hija se dirigieran a una mesa vacía. El local había empezado a llenarse pese a que aún faltaba un rato para la hora punta. Se notaba que estaban cerca de Navidad porque la calle estaba más abarrotada de lo habitual. Hipo observó a la gente caminar a través del cristal del escaparate, aunque sus ojos estaban puestos en la tienda que estaba justo enfrente de la cafetería. La librería Cranford tenía el escaparate iluminado con lucecitas de colores que resaltaban varios libros cuyos títulos no podía apreciar desde donde estaba. Sonrió al recordar que Astrid se había tirado un par de semanas indecisa sobre qué poner en el escaparate para la campaña de Navidad y se alegró de que hubiera tenido en cuenta su sugerencia de recrear una noche nevada.

—Hijo.

Hipo se giró en dirección a su madre quien le observaba divertida.

—¿Sí?

—¿Quieres llevarle el pedido? —preguntó Valka sonriente.

Sintió su cara arder de la vergüenza. Su madre, como siempre, le tenía calado.

—Aún es pronto —contestó él cogiendo unas tazas sucias del mostrador para meterlas en el lavavajillas.

—Siempre puedes invitarla a un café temprano, seguro que te lo agradece.

—Mamá, por favor, deja de hacer de Cupido —le pidió Hipo avergonzado.

—¿Quién está haciendo de Cupido? —preguntó su padre saliendo de la cocina con una bandeja llena de pastelitos de nata.

—¡Nadie! —exclamó Hipo azorado.

—He vuelto a pillar a tu hijo con la mirada perdida en el escaparate de Cranford —respondió su madre en tono alegre.

Su padre se rió. ¡Cómo no! Hacía tiempo que sus padres se lo pasaban pipa riéndose de él. Hipo salió de la barra malhumorado para recoger las tazas y los platos usados por los clientes mientras sus padres seguían mofándose a su costa. Los clientes les observaban extrañados, aunque los habituales parecían acostumbrados a la excentricidad de sus padres. A veces resultaba abochornante ser su hijo, sobre todo cuando estaban decididos a sacarle de quicio.

—Hijo, no hay nada de qué avergonzarse —dijo su padre poniendo los brazos en jarras—. A mí también me costó lo suyo conquistar a tu madre, ¡y ahora mira! ¡Treinta años de casados!

Hipo puso los ojos en blanco, pero realmente se alegraba de que sus padres pudieran celebrar su aniversario. Habían tenido diferencias muy importantes a lo largo de su matrimonio, hasta el punto que habían estado a punto de divorciarse cuando Hipo tenía siete años. Sin embargo, tras mucha terapia matrimonial y decididos a darse una segunda oportunidad, Estoico y Valka Haddock decidieron reiniciar sus vidas marchándose de Escocia, abandonando sus respectivos trabajos y abrieron una pequeña cafetería en el centro de Londres invirtiendo los ahorros de su vida. Fue una apuesta arriesgada y, contra todo pronóstico, fue suficiente para salvar su matrimonio. Ahora cumplían treinta años de casados y habían decidido pasar las Navidades en Canarias tras la insistencia de Hipo de que no pasaba nada porque por un año se quedara solo por Navidad.

Es más, estaba encantado.

Hipo vivía en su propio piso solo con su gato y ello conllevaba que no tenía que coger el metro petado hasta el puñetero Hammersmith el día de Nochebuena. Eso por no mencionar que no tendría que aguantar los interrogatorios de su abuelo y de sus tíos ni a su insufrible primo con el que todavía tenía que compartir habitación porque acostumbraban a quedarse a dormir. Por un año, Hipo tendría vía libre para dormir hasta tarde sin que le molestaran los ronquidos de su primo, tocarse la barriga y comer pizza por Navidad en lugar del pavo reseco de su madre.

Tiempos de NavidadOnde as histórias ganham vida. Descobre agora