ESPECIAL 14

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¿Quién lo diría? Estoy caminando hacia el altar para casarme con mi destinado, el Alfa que me ama y me quiere destruir a la vez. Piensa que no me doy cuenta, pero puedo ver cuando miente. Así, en estas últimas semanas, he podido descubrir mucho de lo que oculta. Me lastima saber que piensa dañarme. No sé cómo lo hará sin afectarse a sí mismo; sin embargo, debe conocer alguna manera.

Es el momento.

La música inicia a sonar y los murmullos del salón se callan de golpe. La puerta de madera se abre con lentitud, mostrándome una bella alfombra blanca decorada con pétalos de rosa. Volteo a mi derecha y afianzo mi agarre al brazo de mi padre. Se nota que está más nervioso que yo, así que solo me queda sonreír para calmarlo. Gracias a eso, relaja su expresión y besa mi frente con ternura.

—Mi pequeña... —susurra— Tan pequeña, pero con tantos deberes.

—Estoy bien —contesto mientras avanzamos a lo largo de la alfombra—. Confía en mí.

—Eso hago. —Sonríe.

Las miradas están sobre nosotros. Todos los nobles y algunos mercaderes importantes se encuentran en la ceremonia. Inclusive los generales de la Guardia Real fueron invitados. Algunos tienen puestas sus sonrisas llenas de envidia y otros son sencillamente sinceros. Y luego está mi mamá. Ella no sabe ocultar sus emociones, así que siempre es fácil leerla. Sé que está preocupada y enojada al mismo tiempo, aunque, por momentos, su mirada refleja cierta alegría nostálgica.

Oh, ya llegamos.

—Te entrego a mi hija, la princesa de Agustina —le dice mi padre a Jeremías—. Ahora es tu deber protegerla —finaliza enfatizando cada palabra. Luego, se retira hacia su asiento al lado de mamá.

Mi Alfa solo asiente con incomodidad, mas entendió claramente el mensaje. De repente, sujeta mi mano para que empiece la ceremonia. Todos se levantan y el padre comienza con su discurso sobre los deberes de una pareja destinada. Enfatiza en el amor y la fidelidad, advirtiendo los peligros de intentar romper lo que el destino unió. Es romántico pero aterrador; así es el matrimonio.

—Es momento de que los novios declaren sus votos.

El silencio reina de repente. Todos observan expectantes, abriendo bien sus ojos para recordar cada instante de la boda de los futuros reyes.

—Omega Luna, princesa de Agustina —comienza él—, sé que te conozco de poco, pero estas semanas contigo han sido maravillosas. —Sonríe de lado sin dejar de admirar mis ojos. —Eres delicada, decidida, inteligente y posees tantas buenas cualidades que gastaría todo el día para enumerarlas. Eres una persona que vale la pena seguir conociendo. Eres tan hermosa por fuera como por dentro, así que me comprometo a ser un Alfa que esté a tu altura. Me comprometo a amarte y serte fiel, a mantenerme a tu lado en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte tenga que separarnos.

—Alfa Jeremías, mi pareja destinada por decisión de la diosa Luna, me siento muy agradecida por tu llegada a mi vida. —Sonrío. —Eres alguien único. Amas la libertad y tienes una envidiable conexión con tu lobo. Eres completamente lo opuesto a mí, lo cual es más que maravilloso. Siento que contigo todo es nuevo cada día. Me gustaría seguir sintiendo esto por un largo tiempo. Por eso, te juro en frente de todos que te amaré tanto como me sea permitido y estaré a tu lado como princesa de Agustina y tu esposa.

Pero ya te amo más de lo que debería.

No estaba planeado que dijera lo último, mas no pude evitarlo. Quiero que tenga claro que, a pesar de que es mi pareja destinada, existe un rol que va antes que nada. Sin embargo, no puedo ocultar este sentimiento que crece cada vez más en mi pecho. Me estoy enamorando del hombre que quiere destruir la monarquía, la razón del por qué estoy en esta posición. Me asusta sentirme así, me aterra salir lastimada.

Ya nada puedo hacer.

—Alfa Jeremías, ¿acepta a la Omega Luna María de Agustina como su esposa? —pregunta el padre.

—Acepto —contesta de inmediato.

—Omega Luna María de Agustina, ¿acepta al Alfa Jeremías como su esposo?

—Acepto —digo con una tímida sonrisa en mi rostro.

Hasta que la muerte nos separe.

Ay, odio las bodas. xD Usualmente, alguien se desmaya antes de los votos (cof cof, yo)

«La Omega del rey» •  [Historia original]Where stories live. Discover now