19. El fruto de nuestro amor

612 79 36
                                    

Torrance

Oyendo con suma atención lo que Ethan nos cuenta, me lastima el que quedara tan afectado.

—Me dejó con papá porque no podía cuidarme —espeta con una risa irónica. Cuando cuenta algo que no le gusta evade a cualquiera, manteniendo la vista al frente. Sus ojos centellan furia, se tornan vidriosos, creyendo que en cualquier momento se va a dar por vencido para sumirse en la tristeza—, que después me buscó, pero como Erin me defendió, no lo intentó más y se fue para siempre.

—No lo puedo creer —bufa la pelirroja frente a nosotros, de pie, con las manos en las caderas—, en serio que no. Hay mujeres en peores condiciones y mantienen a sus hijos sin problemas. Eso que dijo se me hace muy bajo.

—Pero, ¿qué tal que algo más le impidiera tenerte? —formulo la pregunta, casi sin pensarlo. Miro a Ethan que al fin se fija en mí, con esa cara de no creer lo que acabo de plantear—, si porque, amor, piensa. Ella dijo que te amó mucho, que quiso tenerte. Puede que algo o alguien le impidieran estar contigo. Qué tal que haya sido Erin, ¿ah?, que la amenazara.

—Ella dijo algo sobre eso, pero... —Ethan suspira—, no sé, me sonó muy vago, no lo creo el justificante para que no procurara siquiera luchar por mí.

—¿Y qué tal que haya sido alguien más? ¿Y si papá influyó? —suelto, arrepintiéndome al final por mencionar a Víctor. Ethan rápido se molesta, apretando los puños sobre sus piernas—. Ay, no deja lo llamo.

Me pongo de pie, voy hacia la habitación de Janeth donde tengo mi celular. Apenas lo obtengo busco en contactos su número y lo contacto. Esperando el tono, al tercero contesta.

—¿Aló? Torrance, ¿qué ha pasado? —La voz de mi padre suena alarmada. Rara vez lo llamo, la mayoría de ocasiones que queremos dialogar lo hacemos en persona, y de celular solo nos mandamos mensajes.

—Quiero preguntarte un par de cosas, por favor no me omitas nada —pido, con severidad. Dirigiéndome de regreso a la sala, aguardo a que hable.

—Sí, claro, dime —responde despreocupado.

Me acerco a la sala, deposito el celular sobre la pequeña mesa de centro, activando la opción de altavoz. Le indico a Janeth y a Ethan que guarden silencio.

—Papá, ¿conoces a Margaret Patterson? —pregunto sin pensármelo tanto.

Hay un breve silencio donde se oye una interferencia.

—Ella fue mi novia en la universidad... —responde, dando un suspiro al final—. Torrance, sospecho el porqué de tu llamada. Supe de la ponencia que ella presentaba en Hamilton porque estaba en esos días en la universidad gestionando unos detalles de mi postulación como profesor. La vi pero solo estuvimos de pasada, para que no te hagas de ideas. Ethan es seguro que la vio y era inevitable que ella quisiera hablarle.

Se toma una pausa, oyendo una puerta cerrarse.

—Tuvimos algo pasajero, fue durante su supuesta pasantía. De ahí en adelante no volví a saber de ella. Salí de la universidad y supe que estaba con Néstor; él me lo contó, en ese entonces éramos muy confidentes. Me lo dijo más que nada porque le preocupaba cómo tomaría su relación, y no le vi problema porque era mi amigo, no tenía por qué prohibirle estar con ella por una relación pasajera que tuvimos.

»Tiempo después Néstor me contó que ella se embarazó, se ilusionó con eso, pero Margaret cambió sus planes al irse. Supe de las amenazas de Erin. La busqué porque sospechaba dónde posiblemente podría estar; una vez me contó dónde vivían sus abuelos. Lo hice más que nada por Néstor, no por mí.

He aquí una pequeña cuestión [Secuela] ©Where stories live. Discover now