Capítulo 22

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◇ABIGAÍL◇

El rubor en mis mejillas no se podía percibir por la oscuridad dentro del vehículo, aquello jugaba a mi favor. Estar sentada encima de las piernas de Dan me provocaba un poco de injustificados nervios o quizás no tan injustificados. Con él sentía como si experimentara cosas por primera vez, aunque no fueran así. Mantener esa cercanía en ese momento me afectaba bastante.

Ambos reíamos antes las payasadas de Saracho y Jota, aunque también percibía cierta tensión en él. Al bajar del vehículo le pregunté si estaba bien, tomó mis manos y asintió dándome un ligero beso. Estábamos en una casa bastante grande, Wakks, el mánager nos esperaba en la puerta. La fiesta se daría allí porque Diego aún era menor para ingresar a determinados lugares. Se me hizo un lindo detalle que se adaptaran a él, aunque también me preocupaba pensar cómo terminaría aquella noche.

Dan puso una mano en mi cintura y se colocó a un paso detrás de mí, mientras Jota iba por delante. Ambos me guiaban en el camino y a su vez me sentía resguardada de un montón de miradas. Me sentí un poco incómoda rodeada de varias personas extrañas que me observaron con curiosidad por un momento y me sentí más incómoda cuando se acercaron a saludar y a felicitar a los chicos. Lo único que podía hacer era sonreír e intentar no apartarme de allí, porque solo los conocía a ellos.

Lentamente iba dando pasitos pequeños hacia el costado. Diego notó mi incomodidad y me salvó alejándome de allí. Sacudió su cabello, a su manera, y me tendió un vaso que no sabía de dónde lo sacó. Lo miré incrédula.

-Me lo dieron hace un rato.- Levantó los hombros. Bebí, era un trago dulce y claramente aquello tenía alcohol.

-¿Estamos bebiendo lo mismo?- Pregunté con una risita.

-Tal vez- Sonrió.

-Deberías estar allí, con ellos ¿No?

-Sí... lo haré luego cuando se calmen un poco. Me perturba ver a tantas personas encima de mí. No es que no me guste, solo que aún no me acostumbro. Además ellos tienen más protagonismo en esta canción.

-¡¿Qué?!- La música comenzó a sonar fuerte- Yo creo que todos se lucieron.

-Sí, pero aún no oíste lo que se viene.

Estuvimos hablando por varios minutos, pocas veces había tenido la oportunidad de hablar a solas con él. Siempre me pareció más callado y tranquilo, aunque era igual de desmadroso que sus amigos. Sin embargo, hablar con Diego era diferente. Decía todo aquello que no esperabas que dijera, era callado pero observador y siempre tenía temas de conversación interesantes. Salía con comentarios raros e hilarantes, cada uno era especial a su manera y eso me agradaba.

El clima estaba inestable, parecía que en cualquier momento llovería. Poco me importó cuando los chicos se acercaron a nosotros. Dan me miró intrigado por saber qué bebía, le tendí el vaso y lo probó.

-No debes aceptar bebidas de extraños.- Dijo.

-Me lo dio Diego- Me defendí. Él sonrió, no sabía si lo había dicho en broma o en serio, pero su sonrisa fue o más hermoso que pude haber visto esa noche.

Y todas las que me dedicó horas después...

Mi timidez se fue al tacho de basura cuando comenzamos a bailar y a reír por idioteces que sucedían a nuestro alrededor o por los comentarios absurdos que hacíamos. Cantábamos a los gritos cualquier tipo de canción, tiempo después noté que Diego solo estaba bebiendo refresco y me alegró saber que alguien se haría responsable de nosotros, aunque fuera el menor. Una música, tras otra, el sonido retumbando en mis oídos. Los gritos de los chicos a mí alrededor, ya que ninguno me dejaban sola en ningún momento. Comenzamos a cantar Candy de plan B. Reía mientras veía a Dan dándolo todo, como si su momento de brillar hubiese llegado.

En un momento subieron a Jota encima de una mesa y comentó a cantar "préstame un sentimiento". Todos lo seguimos a coro. Estaba segura que al día siguiente mi garganta dolería un montón, pero valdría cada segundo. Hacía mucho tiempo no estaba en una fiesta así. Cuando el sonido de detuvo por un momento descubrimos que ya estaba lloviendo, bastante fuerte.

Jalé a Dan hacia abajo para poder decirle que iría al baño.

-Te acompaño- No esperó una respuesta de mi parte. Nuevamente me colocó delante de él y comenzamos a caminar hacia el baño. Ninguno de los dos sabíamos dónde quedaba, pero de alguna manera llegamos entre risas porque al tropezar yo hice que él también tropezara.

Habíamos bebido lo suficiente como para sonreír por tonteras, pero no tanto como para no mantenernos en pie. Ingresé al baño, él se quedó en la puerta para que nadie me molestara. Se me hizo muy tierno. Antes de ingresar me puse de puntitas y le di un beso.

Esa noche era una de las mejores que había tenido en mi vida. Estaba con un chico que me traía enamorada, con sus amigos, festejando uno de sus logros. Yo feliz. Me miré al espejo, aún tenía cara de sobria o eso creía. No quería llegar con cara de loca a mi casa o mi mamá me daría un buen regaño.

Al salir Dan estaba recostado por la pared con los brazos cruzados, cual guardaespaldas. En los parlantes sonaba una canción vieja de Wisin y Yandel. Me acerqué a él y poniéndome de puntitas lo besé nuevamente, pero esta vez con intensión de que sea un beso prolongado. Él captó al instante, sus manos en mi cintura me pegaron a su cuerpo. Respiré su perfume, el sabor de sus labios mezclado con la bebida, y la suavidad de su cabello entre mis dedos. Sin soltarme, cambiamos de lugar. Mi espalda se encontraba contra la pared y él me acorralaba, sin dejar de besarme. Se apartó un poco para respirar. Una de sus manos se colaban con timidez por debajo de mi blusa, rozando un poco de piel, sin exagerar. Quizás era la mezcla entre las bebidas, la música, sus besos, pero mi cuerpo quería más de él.

-Me estoy enamorando de ti...- Murmuró en mis labios antes de volver a besarlos. Yo lo estoy de ti, quise decirle, pero él no me dejó hablar.

Regresamos a la fiesta, Diego fue el único que notó nuestra ausencia de varios minutos, pero no dijo nada más que "ah, ahí están". La fiesta continuó por un rato más, miré mi celular tenía un mensaje de mi papá: "Si van a la casa de Daniel no vengas con este temporal". Miré sorprendida mi celular, si bien anteriormente también dormí alguna que otra vez en la casa de Tahiel, creí que Dan no le inspiraba suficiente confianza como para hacerlo. Cuando se lo dije, me sonrió con una felicidad extraña, volvió a besarme y seguimos un rato más antes de regresar todos a su casa.

Al día siguiente apenas abrí los ojos, me dolía todo el cuerpo y me sentía completamente incómoda ¿Cómo era posible que me haya dormido con jeans puestos? Aquello era un pecado. Me senté, miré a mí alrededor, no era mi habitación, ni mi casa. Miré al costado, Dan estaba durmiendo al lado de Diego, completamente destruidos ambos. Anuel estaba a mis pies. Comencé a tener recuerdos de la noche anterior y sentí un hormigueo de felicidad en el estómago.      

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Alohaa~ Escribí esta canción escuchando reggeatón viejito jajaja y me tardé más porque entre párrafos me ponía a cantar y hacer pendejadas, ustedes entienden. 

Mi sueño es despertar y ver que Dan y Diego están durmiendo como compas en un colchón. Claro que sí. 

Ya saben, si les gusta comenten y voten, lxs quiero mucho ❤ gracias por el apoyo. 

Se cuidan

Elphie~

PD: Si hay errores ortográficos, sepan disculpar. Es tarde y no funciono tan bien xd 

Novio por un día  *(Daniel Gal)*Where stories live. Discover now