Nuestros destinos se entrelazan

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holap!! si estás leyendo esto, muchas gracias, pero he de aclarar que es un regalo de cumpleaños para una amiga muy especial para mí <33

además, este fanfic contará con 6 capítulos, que los estaré publicando a lo largo de hoy y mañana.

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Él alguna vez le dijo que el mundo era hermoso y no pudo evitar mirarlo extrañado, ¿cómo iba a ser de tal forma si él acababa de perder a su persona más preciada y las lágrimas aún humedecían sus pómulos? Sin embargo, empezó como si nada uno de sus típicos monólogos que se dedicaba a escuchar con dedicación, que le enseñaban un sinfín de cosas que jamás habría imaginado él solo. Y esa vez, fue que tanto sufrimiento y tanto amor, tanto color y tanto gris, tanta vida y tanta muerte; eran lo que traía dinamismo a las vidas de las personas y que su deber, era seguir adelante a pesar de todo; que en algún momento, agradecerían todo el dolor por el que habían pasado, en un futuro tal vez muy lejano.

No pudo entenderlo del todo, al fin y al cabo, su función era solo ser una máquina de matar que protegiera a los demás. Aunque claramente, de todas formas le creyó. Si él lo decía así, así debía ser. Tenía seguridad de que sus palabras fueran ciertas, pensó en aquél momento, tan lejano a su realidad.

Ahora, no es que quisiera dudar de él, pero entre tanto sufrimiento, era definitivamente difícil pensar que todo pasaría y que la vida algún día le sonreiría. Lo único que podía suponer, retorciéndose en el suelo de dolor, era que él seguramente hablaba de humanos y que al no serlo, lo dicho no aplicaba para él.

Y esto era lo que se merecía.

De una vez por todas, pagaría su deuda kármica que cada día lo consumía, allí ensangrentado. Las almas de todos a los que había asesinado podrían descansar por fin y él, ya no le causaría ningún incoveniente a nadie más nunca más.

Era así como debía ser.

¿Oh?

A tal punto, ya debería haber perdido los sentidos, pero sus oídos fueron capaces de percibir algo, un dulce sonido, tan melódico que no tardó en adentrarse en su cabeza con suavidad. Recorrió cada nervio suyo, cada músculo y cada hueso, y por un momento, pensó que era algún dios de Celestia el que lo estaba llevando a descansar eternamente. De la nada, todo sentimiento negativo fue reemplazado por una paz inmensa que jamás pensó que sentiría, que jamás pensó que mereciera. Hasta parecía que nunca había sentido dolor, como si su vida entera hubiera sido de lo más feliz, como si todo fuera perfecto .

Luego de un rato, logró abrir los ojos. La melodía aún seguía tocándose.

Miró hacia todos lados, buscando al emisor de tal canción y a una distancia no tan lejana, vio una pequeña figura, adorable para cualquier par de ojos. También alcanzaba a ver sus piernas balanceándose como un niño pequeño, infantilmente. Tenía ropas verdes, una boina con una cecilia agarrada y dos trenzas de particular color, ya que mientras se iban acercando las puntas, el color se volvía más claro.

Aquello era característico de los arcontes, así que él probablemente era...

Bueno, no importaba su identidad realmente.

Solo lo había visto desde detrás, pero era tan... hermoso, hasta angelical podría decirse.

No tardó en notar que la melodía provenía de una flauta. Una flauta que el ángel tocaba con tal maestría, tal efusividad y tal libertad , ¿cómo podía resistirse al anhelo de acercarse? ¿cómo retenía el sentimiento que en su corazón crecía? ¿cómo oponerse a la atracción a primera vista?

El demonio casi cae en la tentación, pero recordó: tocar a un ángel estaba prohibido.

Y resistió.

Ya gozaba del honor de que lo dejara verlo y de escucharlo, a pesar de la distancia. De admirar su belleza, de que esté en su presencia. Así estaba bien, admirándolo desde lejos. Ni siquiera podía ver su rostro, pero no por ello dudaba de la magnificencia de su ser, eso solo lo hacía más misterioso, más...

Inalcanzable.

Sí, esa era la palabra perfecta para describir a la criatura frente a él.

Tal vez sería la única vez que lo vería en su vida, así que se quedaría allí, escondido tras una roca, mirándolo con adoración y regocijándose de sus relajantes melodías.

Después de todo, él acababa de salvarlo de su inevitable muerte y lo había traído de vuelta a la vida... espiritualmente hablando.

Anhelo eterno o algo más | XiaoVenWhere stories live. Discover now