Mi omega, mi fuego... || TanjiroxRengoku / omegaverse ||

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Pensé que este día nunca llegaría, pero finalmente pasó.

Kyo-san y yo somos pareja...

Les juro que estoy chillando por dentro hasta romper vidrios de varias casas a la vez...

Pero bueno, no es tiempo de quedarse inmóviles por la emoción, el trabajo llama y debemos ir.

O al menos yo, Kyo-san se fue a otra misión distinta.

Se sentía un poco solitario ya que tampoco estaba Zenitsu ni Inosuke, solo yo con Nezuko dormida.

Suspiré mientras pasaba por un frondoso bosque, pensando en todo lo que pasó y como maduré en cosas que no le daba importancia antes.

«El amor», un sentimiento que ignoraba a toda costa por creer que eso me quitaría la atención de mi verdadero objetivo como cazador de demonios.

Pero Mitsuri-san me había explicado algo que cambió es perspectiva.

"El amor es algo que te complementa, pero no una necesidad, yo quiero que alguien se complemente conmigo..."

Eso me está haciendo pensar más cosas, si en verdad quiero un complemento...

Por eso fui hacia el único que se complementó conmigo, Kyo-san...

Al final el amor sí entró a mi vida, y no dejaré que se vaya nunca, quiero ser feliz junto a él...

¡Mierda!

Por estar atontado casi me atacó un demonio, con razón comencé a oler a un ser pudredumbre.

Media hora de atacar a un grupo bastante inmenso de demonios, fue interesante la verdad.

Seguí caminando hacia el verdadero objetivo, aunque debía también ir a hablar con Tamayo.

Hmmm... Quizás también en el tiempo que pueda pasar por algún pueblo cercano vaya a comprar algo para Kyo-san, aunque seguía pensando que cosa.

Quizá algún collar o algún anillo simple, quería que sea algo que no moleste mucho en la batalla.

Varias horas pasaron y pude llegar a salvo, buscando en un pueblo una pequeña joyería o algo, no sé, en verdad quiero darle algo...

Aunque varios minutos viendo que rollo pude comprar un parte de collares con imanes, uno para él y otro para mí.

(Dos collares de imanes, una parte color blanco y otra negra)

Me pondría la negra y él la blanca, siento que así quedaría mejor.

Después de más horas pude volver a la finca mariposa y ver a mis compañeros entrenar hasta tarde.

— ¡Monjiro!

Admito que me reí, pero por ahora voy a ver si Kyo-san está cerca. Ellos lo notaron y continuaron molestandome por eso.

Hora de ignorar olímpicamente.

Cuando amaneció pude ir a buscar a la finca de aquel hermoso pilar, le entregué parte del collar y ví como estaba sonrojado.

— ¡Q-qué bien que le guste!

Sigo poniéndome nervioso a su lado, y más al escuchar sus risas con mi mismo sentimiento.

— S-sí, ¡claro!, ¡gracias! ✨

Ayuda, papás y hermanos míos, voy con ustedes porque me voy a morir de ternura.

No pude aguantarme en abrazarlo, dándole un beso en las mejillas y los dos quedamos rojos.

Siento que estoy en un sueño... Y sigo sin querer despertar.