—¿Quién dijo que no?—Susurra lamiendome las piernas. Su experta y dominante lengua recorre mis muslos hasta el inicio de mi entrada y saca sus dedos de ella, sintiendo la desesperación florecer en mí. Enrolla  la lengua, metiéndola en mi. No sé qué hace pero es deliciosa la sensación. Lame rápido y me muerdo los labios para no gritar. Gira su lengua y con sus dedos pellizca levemente mis labios hinchados. Los masajea lentamente mientras que sigue con la lengua de arriba a abajo.

Abre los ojos y el azul ha medio desaparecido para darle paso a su mirada ennegrecida. Se separa de mí y jadeo cuando se para.

—¿Qué haces?—Casi grito 

—Llevemos esto a un nuevo nivel.—Sonríe siniestramente y abre el refrigerador. Coge la hielera del congelador sin percatarse de la tarta y suelto un suspiro de alivio cuando saca la hielera pequeña. Coge un cubo de hielo y se lo mete a la boca. Vuelve a agacharse y me abre las piernas con delicadeza. Mueve el hielo dentro de su boca y lo pone en mi entrada. Me estremezco al sentir el frío y sostengo su cara contra mí. Lo mueve lentamente y se va derritiendo poco a poco con el calor de su boca y mi chorreante entrada. Una vez que se deshace por completo mete dos dedos de tirón estimulandome.

—Dame lo que quiero, correte en mi boca muñeca—Aprieto los ojos y gimiendo su nombre dejo salir mi excitación completamente. El chupa y toma todo. Limpia mis piernas y se para con una sonrisa de satisfacción.

—Eso fue... Wow—Digo bajandome de la encimera con las piernas entumecidas. Ashton me coloca las bragas y los shorts y me da una palmada en el trasero. Limpio con un trapo la zona en la que estaba sentada segundos atrás.

—Quería escucharte gemir pero me olvidé que estan tu hermana y el mío, por cierto, siguen durmiendo ¿No?—Se rasca la nuca y yo me giro sacando huevos del refrigerador.

—Joder, Ashton. No podré verlos a los ojos si escucharon algo—Rompo los huevos dentro del sartén y lo prendo a fuego medio. Ashton pica la verdura y después lo pone en la sartén. Preparamos panqueques, jugo y picamos fruta. Ponemos la mesa y me abraza por detrás cuando estoy terminando de poner la decoración.

—Vaya, huele bastante bien—Alondra baja las escaleras y detrás de ella un sonriente James.

Mis alertas se ponen al máximo y medio me río al pensar lo que estuvieron haciendo. Al parecer no somos los únicos que se portan mal.

¿Verdad?

—Huele delicioso ¿Quién cocino?—Pregunta el mayor de los Pennisher.

—Ambos

Suelta una carcajada—¿Ashton cocinando? Eso sí no me lo esperaba. Espero que al menos no le haya quedado salado o en el peor de los casos, insípido—Se ríe por lo bajo y le jala la silla a mi hermana para que se siente. Ella le da un beso fugaz en la mejilla y se sienta sonrojándose.

"¿De qué me estoy perdiendo?"

—Gracias por balconearme hermano y ya que estamos con las confesiones, espero que tu futura esposa no se avergüence de esos calzoncillos de figuras que sueles usar siempre—Suelta una carcajada y James lo mira furioso sosteniendo el tenedor con fuerza. Alondra se ríe y yo la acompaño— Ay lo siento, eso era secreto de hermanos ¿Me perdonas?—Ashton se le burla y James pincha una sandía con el tenedor.

—Oh ¿Y tú ya le mencionaste a Mack por qué te decían Popoo?—Le sonríe maliciosamente y Ashton se pone rojo.

—¿Popoo? ¿Qué es eso?

—¡Cállate y no le digas nada!—Ashton está colorado y Alondra se estira cogiendo el salero.

—Me parece que sí le hizo falta un poco de sal, pero de ahí en fuera está todo perfecto—Me guiña el ojo y la alarma que había programado suena.

Insaciable Deseo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora