Insaciable Deseo ©

Capítulo 4

Llego al Café para verme con la autora y una chica veinteañera alza su mano saludándome a lo lejos. Se encuentra en la terraza del lugar y está cómodamente sentada en un banquillo de colores.

-Buenas tardes-Saludo educadamente y ella contesta de la misma manera.

-Espero que se encuentre muy bien señorita....-Espera respuesta para que le diga mi nombre.

-Mackenzie Henderson, para servirte-Le extiendo una mano, la cuál corresponde-Y sí me encuentro perfecto, gracias.

-Me alegro ¿Qué cosas hay que checar de mi novela?-Su gesto es curioso y ella va directo al tema que nos interesa.

Le paso su manuscrito junto con las correcciones y analizamos las partes que carecen de buena redacción. Un mesero se acerca a nosotras y nos entrega el menú. Ambas pedimos una bebida y una chapata de diferente sabor.

Almorzamos entre risas, alguna que otra broma y sugerencias para la obra.

-Por supuesto, sabía que algo así iba a pasar-Dice leyendo la décima quinta página-Amor en tiempos difíciles la escribí con tan solo 16 años. Fue una etapa difícil de mi vida, no creía que se volviera tan famosa a pesar de tener tantos errores-Sonríe.

La escucho atenta y algo en mí se remueve al ver su expresión tan decaída.

-No te preocupes para eso estamos nosotros-Volteo a ver mi taza humeante y pregunto-¿Qué te inspiró a escribir la novela?-Ella me ve y reprime las lágrimas.

Oh no, creo que estoy pisando terreno delicado, pues el contenido en sí ya es trágico.

-No tienes que contestar a eso, no te preocupes-Me doy una bofetada mental.

-No, descuida, está bien-Suspira-Bueno, mi novio en ese entonces sufría de Leucemia. Él no le daba tanta importancia a su enfermedad. Decía que él moriría cuando tuviera que morirse, y que mientras disfrutaría de la vida plenamente-Suspira-Pero cuando lo acompañe a una de sus consultas, el médico había informado su tiempo de vida-Mi corazón da un vuelco-Sólo le quedaba una semana-Un sollozo sale de su garganta y se le cristalizan los ojos.

Oh Dios...

-Disfrutamos lo más que pudimos. Con su familia, nosotros solos o con alguno que otro amigo-Una lágrima se desliza por su sonrojada mejilla-Yo había empezado a escribir mucho antes de saber su diagnóstico. Blair, mi protagonista, la que sufre la pérdida, en realidad era yo, que lo vivía a cada instante. Algunos de los capítulos, si te das cuenta, narran las crisis que él tuvo. Él sufría y yo lo notaba, pero siempre me decía que no debía preocuparme, que él saldría adelante y que cuando estuviéramos casados solo nos reiríamos de la mala racha que atravesamos-Sigue llorando y yo estoy igual, pues limpio las lágrimas con el dorso de mi mano-La última vez que lo ví, me dijo que no llorara por su partida, que él me cuidaría desde el cielo. Traté de darle ánimos, pero ya nada funcionó. Murió un 14 de Octubre.

-Yo... No sé qué decirte Miriam-Digo con un nudo en la garganta. Nunca he tenido este tipo de acontecimientos fuertes en mi vida. No he tenido que sufrir la muerte de un ser querido.

-No digas nada-Se limpia con una servilleta limpia-Ha pasado el tiempo pero yo lo sigo amando igual-Se encoge de hombros-Hay veces en las que creo que jamás voy a volver a amar a alguien a esa magnitud.

-Fue tu primer amor-Digo en voz baja con el corazón entre las manos.

Sonríe débilmente-Sí, así es, mi primer amor.

Después de algunas palabras de aliento y un fuerte abrazo de mi parte, quedamos en que yo redactaría junto con mi equipo las partes malas de los distintos capítulos y que volvería a ser contactada para elegir el diseño final de su libro. Ella se despide feliz por mi respuesta y yo recojo los escritos, mientras pago la cuenta.