Insaciable Deseo ©

Capítulo 37

Mack

Despierto y estiro mi brazo para tocar a Ashton, sin embargo no lo encuentro. Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la luz del sol que se filtra por las ventanas y me tallo los ojos un poco.

—¿Amor?—No obtengo respuesta y me preocupo.

Mi teléfono vibra y antes de poder desbloquearlo se pierde la llamada entrante.

Verifico la hora y son las ¡2:00 pm! Pero ¿qué rayos? Me paro envolviendome las sábanas al cuerpo y vuelve a entrar una llamada.

Es Cory.

—¿Qué pasa? ¿Por qué tan insistente?

—Joder, por lo que veo no has visto lo que circula por todas las malditas redes sociales—Grita histérica.

—No, ¿Qué pasa?

—Te estoy enviando lo que ví,  Mack... es malo, muy malo—Se queda callada—¿Dónde estás? Voy por ti.

—En el apartamento de Ashton ¿Por qué?

—¡Mándame la puta dirección que voy a darle la golpiza de su vida!

—¿Por qué?

—¡Mándamela ya!—Cuelga sin dejar que le pregunte y se la mando. Abro el archivo que ella ha mandado y espero a que se descargue completamente.

Pero joder... desearía no haberlo hecho nunca.

Un video sin cubrir rostros ni absolutamente nada.

¡Un puto video de nosotros teniendo sexo en la Editorial! Mi mandíbula cae al suelo y el teléfono se me cae de las manos.

Mi corazón late a mil por hora y vuelvo a llamar a Ashton sin obtener respuesta alguna.

Lágrimas empiezan a salir y de sólo pensar que él ha grabado esto, me hace sangrar por dentro.

—No, por favor

Busco mi ropa y me la pongo rápidamente con las manos temblorosas.

Mi teléfono replica con miles de mensajes.

Cory: Mack ¡Responde el teléfono ahora! +15 mensajes no leídos.
Niel: Mack, dime que es un fotomontaje +3 mensajes no leídos.
Madre: ¡¿Qué carajos Mackenzie?! +8 mensajes no leídos.

Nuevas notificaciones

"Eso es lo que pasa cuando tienes jefes jóvenes. De ser un vejestorio, le daría igual" "La zorra va por lo grande" "Quiere llevarse a la cama al millonario guapo" "Qué asco me dan" "Tanto dinero tienen y no les alcanzó para un hotel" "Que buena está"

Los ojos se me llenan de lágrimas y la angustia se apodera de mi cuando leo todos los comentarios despectivos y denigrantes en contra de mi persona. Las manos no paran de temblarme y la ansiedad invade cada uno de mis pensamientos.

Tocan el timbre y guardo el teléfono, bajando las escaleras para abrir la puerta. Cory entra totalmente enfadada.

—¡Ashton Pennisher! ¿Dónde estás desgraciado? Sal, que no te voy a hacer nada hasta que no me des una explicación—Camina a la cocina y al despacho pero al ver que no hay nadie se frustra.

—No está—Apenas soy capaz de hablar—Y ya que estas aquí llévame a la Editorial, necesito comprobar algo.

—Mack...