CAPÍTULO 27 || PROBLEMA Y MÁS...||

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Como le dije a Lía, falso o no quiero hacer algo deslumbrante y todos esperan eso de mí. Quiero que mi boda grite «Ricci» por todos lados, al final la gran Amelia debe tener su boda de ensueños.

La fiesta de pedida de mano está organizada por mi madre, quien no perdió el tiempo y ansiosa invito a todos de la alta sociedad. La celebración es íntima, solo personas cercanas a la familia estarán presentes y lo extraño es que de Leonel no vendrá nadie.

Lo que me hace pensar que no tiene amigos, ni familia y esta solo... me da tanta lástima.

Hasta el momento las cosas en la mansión están tranquilas. Las gemelas y mi madre están pasando más tiempo juntas lo cual me agrada, pero mi padre únicamente se la pasa en el despacho...

Abro lentamente los ojos cuando el estilista me lo ordena, termina de hacer retoques en mi rostro y peinado.

Mi estilista de confianza me dice que está todo listo, me pongo de pie para que termine de rociarme el producto y camino hacia el espejo de cuerpo completo.

La tristeza, mala energía y todo desaparece al verme y sonrió sintiendo como mi corazón late tan rápido.

Últimamente he sentido como perdía mi esencia y se lo platiqué a Marco, lo cual hizo un trabajo increíble con mi cuerpo, rostro y cabello.

Aplicaron un producto por todas las partes visibles de mi cuerpo para dar un efecto «Bronceado», el verde de mis ojos resalta más con la sombra de brillos dorados.

Marco hizo resaltar más mis rasgos finos volviendo la mirada más intensa, las cejas están perfectas depiladas y peinadas. Los labios se encuentran delineados con un labial rojo bermellón.

Le dije que el vestido sería la clave, quiero verme poderosa y cerrarles la boca a todos para olvidar aquel artículo de porquería.

— Ese vestido está muy indecente.

Toco mi cabello perfectamente alisado y brilloso, no aparto la mirada del espejo cuando el italiano entra y Marco se retira.

Levanto la mirada observando a Leonel, un traje blanco con camisa negra detallando el mini vestido color blanco.

Toca los finos tirantes con diamantes incrustados, es corto y con la espalda libre. Mis pechos están perfectamente levantados sin necesidad de sostén llevando solo una tanga del mismo color.

— Esa palabra ya no existe en mí. — le hablo — Lo correcto sería que me veo sumamente sexy y peligrosa.

Me doy la vuelta mordiendo mi labio, luciendo el impecable y tentador vestido que provoca la excitación y molestia del italiano.

Los tacones transparentes de aguja me hacen ver un poco alta llegándole al hombro.

— Cámbiate — alzo una ceja. — Y no estoy bromeando.

Ruedo los ojos ante su típica voz de frustración.

— Mejor dime, ¿Qué haces aquí? Es muy temprano para amargarme la noche, suficiente tengo con la loca de mi madre.

— Tenemos días sin vernos y así me hablas. — me cuestiona y exhalo. — Pero está bien, olvidemos que no nos vimos por días y disfrutemos esta hermosa noche.

— Okay.

— Tu padre informó que no habrá seguridad, por sugerencia tuya. — alzo las cejas ante ello.

Pensé que se negaría ante mi propuesta de hace días..

— ¿Es todo?.. tengo cosas que hacer.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now