Capítulo 32

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Ahora sí, la chica, al igual que JJ, se levantaron levemente; para darse cuenta de que John B, que se encontraba escondido en los asientos traseros del vehículo, se había levantado y comenzado a forcejear con el hombre para desarmarlo.

—¡Tengo la escopeta!— les gritó, por lo que todos corrieron hasta allí.

El hombre, al ver que no tenía el arma, intentó salir de allí, pero JJ le propinó un fuerte puñetazo en la cara, el cual le hizo caer al suelo. Aprovechando su posición, Sarah y Julie cogieron la puerta del coche y la cerraron, de tal manera que se dio otro gran golpe en la cara.

—Tengo el oro.— avisó Pope, mientras lo sacaba del asiento del coche.

—Hijo de puta.— escupió Julie.

—Conozco a este desgraciado.— comentó el rubio. —Es un camello. Le vende coca a mi padre.

—Conocerá a mi hermano.— asintió Sarah.

—Oye, podía haberos hecho daño a todos.— dijo el hombre, por lo que JJ cogió y le dio un golpe con el culo de la escopeta.

—Eh, JJ, ¿pero qué haces?— inquirió el pecoso, sorprendido por su reacción, al igual que todos.

—Tío, relájate.— dijo Pope, por lo que Julie se intentó acercar a JJ.

Pero éste volvió a acercarse al hombre y comenzó a buscar algo en sus bolsillos, hasta que sacó una cartera de una de ellos.

—Aún queda una última parada.— habló, dirigiéndose a la caravana y empujando levemente a John B.

Todos comenzaron a subir a la caravana, menos Julie, que aún seguía procesando todo lo ocurrido.

—Os vais a acordar de esto.— le dijo el hombre desde el suelo. —Sé perfectamente quienes sois. Volveremos a vernos.

—Vamos.— Pope caminó hasta ella y puso una mano sobre su hombro.

—¡Volveremos a vernos!

Julieta, que seguía con las llaves del coche en la mano, ya que John B se las había dado, las tiró hacia el bosque. Finalmente, subieron a la caravana y el rubio puso rumbo hacia algún lugar.

—Bienvenidos al páramo de los drogadictos.— comentó Sarah.

—Esto no me gusta nada.— opinó Pope, a lo que Julie, asintió con la cabeza, dándole la razón.

—¿Qué hacemos en casa de Barry?— John B frunció el ceño.

—Solo será un segundo.— contestó JJ para, acto seguido, bajarse de la caravana y poner rumbo a la entrada de la casa.

—¿A dónde coño vas?— comentó Julie, quien ya comenzaba a enfadarse.

—¡Yo soy la justicia!— respondió, mientras entraba al interior de la casa.

—¿A qué ha venido todo eso?— cuestionó Pope, con el ceño fruncido.

—Creo que alguien debería...— comenzó a decir Sarah.

—Sí, ya voy.— comentó John B, abriendo la puerta de la caravana. —Aunque, creo que es mejor que vayas tú.— Miró a su hermana.

Julie asintió con la cabeza y bajó de la caravana, para luego adentrarse en el interior de la casa en busca del rubio.

—¿Qué es lo que estás haciendo?— preguntó, mientras veía como JJ ponía todo patas arriba.

—Bueno, «dado que vos nos habéis hurtado, ahora os hurtaremos a vos.»recitó una frase de Robin Hood.

𝐅𝐄𝐈𝐍𝐃𝐄 | JJ MaybankWhere stories live. Discover now