Capítulo 10

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—¿Puedes hacer el favor de apagar esa alarma?— dijo Topper, a la vez que entraba en la habitación de su hermana.

—¿Y tú podrías hacer el favor de llamar a la puerta?— Apagó la alarma y se volvía a acomodar en la cama.

—Gracias.— se limitó a decir, mientras rodaba los ojos y, acto seguido, salía de la habitación.

—A su servicio.— comentó, sarcásticamente, a la vez que se levantaba de la cama y caminaba hacia el baño.

Al llegar a éste, se metió directamente a la ducha y estuvo ahí durante un largo periodo de tiempo, para así despertarse completamente. Al salir, se preparó y se vistió, para luego bajar las escaleras hasta la cocina, y desayunar.

—Mamá dijo que te avisase de que se ha ido de viaje y que volvería mañana.— comentó Topper, mientras bebía un poco de zumo.

—Al fin una buena noticia.— Sirvió un poco de café en una taza. —Por cierto, no voy a estar en casa durante toda la mañana, creo.

—¿A dónde vas?

—Voy a la residencia, a visitar a la señora Crum.

Se limitó a asentir con la cabeza, por lo que la chica caminó hasta la puerta principal de la casa y, acto seguido, se dispusó a caminar hasta la residencia.

—Jul.— escuchó que alguien la llamaba, por lo que se dio la vuelta para ver de quién se trataba.

—JJ, ¿qué haces por aquí?

—Tenía que hacer un par de cosas.— dijo, mientras caminaba hasta ponerse a su altura. —¿Y tú?

—Voy camino a la residencia para visitar a la señora Crum.— explicó. —¿Quieres venir?

—Claro. Total ya he acabado todo lo que tenía que hacer.— Esbozó una pequeña sonrisa.

Ambos pusieron rumbo a la residencia y, pocos minutos después, ya se encontraban allí.

—Hola, venimos a visitar a la señora Crum.— le dijo Julieta a la recepcionista.

—Pasen, está en el salón de tiempo libre.

—Gracias.— agradeció, para luego agarrar la mano del rubio y guiarlo hasta el salón.

El chico se limitó a mirar sus manos entrelazadas y luego a esbozar una pequeña sonrisa.

—Aquí es.— dijo. —¡Señora Crum!

—Julieta, cariño.— la saludó. —Ya pensé que no vendrías a verme.

—Oh, vamos, no digas eso.— comentó. —Sabes que nunca voy a dejar de venir a verte.

—Y este de aquí quién es, ¿tu novio?— preguntó la anciana, mientras miraba a JJ.

—Oh, no, no. Este es JJ, mi amigo.

—Encantado de conocerla, señora Crum.— comentó, mientras la miraba.

—Llámame Bonnie.— dijo, a la vez que esbozaba una pequeña sonrisa. —Julieta, tengo algo que decirte.

—Cuéntame.— Se sentó a su lado.

—Me voy mañana. Mi hijo se muda a New York y quiere que me vaya con él.— comentó, agarrándola de la mano.

—Estoy muy feliz por ti, me alegro mucho.— musitó. —Aunque, te voy a echar mucho de menos.

—Te mandaré alguna carta, de vez en cuando.

—Me parece bien.— comentó, a la vez que le daba un pequeño abrazo. —Bueno, nosotros ya nos vamos.

𝐅𝐄𝐈𝐍𝐃𝐄 | JJ MaybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora