CAPITULO XIII

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La señora Inessa repartió todo en cuatro partes iguales para Rika, para Lena, para mí y el resto para instituciones benéficas. Fue un acto muy noble. La casa nos quedó. Además dejó dos cartas; una para cada hija. Rika se fue a donde vivía, Lena y yo subimos a mi habitación. 

Ella quiso compartir conmigo el contenido de su carta. Esta decía: "Lena: lee esta carta junto a Yulia, porque lo que aquí escribo le atañe a las dos. Hija mía, cuando leas esta carta yo estaré surcando los cielos para reunirme con tu padre. Cariño, te quiero tanto...lamento no poder decírtelo por última vez. Eres mi hija y te acepto tal cual eres... Y respeto el camino que hayas escogido. Perdóname por haber sido tan dura. He tenido mucha suerte, todas son excelentes hijas. No puedo decirte que aplaudo tu decisión pero la respeto y les apoyo. Yulia: aunque no hallas nacido de mi yo te quiero como a una mas de mis hijas. Cariño perdóname tú también por la forma en que te traté semanas atrás. Fui muy injusta con las dos y mi soberbia me llevó a la soledad. Yulia, te conozco y sé que eres una muchacha ejemplar, motivo por el cual me sentiré tranquila de que Lena esté contigo. Te pido que por favor la cuides, la protejas, la respetes...Que por ningún motivo dejes de estar pendiente de ella. Quiero que estén unidas aunque tomen caminos distintos. Sean felices, las quiero mucho". 

Cuando Lena terminó, me abrazó y lloramos juntas.

Prohibido. Cuando se siente lo que no se debe.Where stories live. Discover now