CAPÍTULO 25 || AMOR O CAOS ||

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Nuestra discusión fue «Que pedimos de comer», las comidas y antojos fueron enviados por el servicio habitación. Mi teléfono se quedó sin batería que ni me moleste en conectarlo, y así paso nuestra 2 noche sin necesidad de sexo.

Al 4 día, Amelia no tenía ánimos de salir; parecía cansada queriendo estar acostada viendo series o durmiendo. Por mi lado, decido en la mañana acudir al gimnasio y recorrer las instalaciones del hotel y zona.

Al llegar cansado y sudoroso, Amelia me recibió con un delicioso desayuno y una increíble vista de todo su cuerpo desnudo. Mientras desayunamos, le insistía en salir, pero ella solamente me interrumpió con besos.

Llego el 5 día, donde solamente actuamos como 2 personas necesitadas del uno por el otro. Aunque aún no entendía esa necesidad de estar encerrada, hasta que ella misma me lo confesó.

— De tan solo imaginar que alguien pueda reconocernos y tomar una fotografía, me causa pánico.

Comprendí su situación y no volví a insistir, a ella no le convenía aquello porque solamente arruinaría más su reputación y desataría más odio contra ella.







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La mañana de hoy, fue distinta al resto. Amelia quiso desayunar y recorrer el hotel, no dude ni un instante en aceptar y juntos almorzamos como personas comunes y normales. La invité al gimnasio y debo admitir que tiene una resistencia sorprendente junto con su humor...

Esta mañana ella parecía tener demasiada energía, su humor era exageradamente feliz junto con su sonrisa, su actitud tan repentina me confundió, pero no quise preguntar y solamente disfruto.

En la tarde acudimos al Spa, del hotel y ahí mismo también es peluquería. Ella se hizo no sé que mierda en las uñas y yo, un corte de barba y cabello.

En los 5 días que llevamos juntos, nos hemos alejado de teléfonos queriendo estar desconectados de todo lo malo que suceda en Roma.

— Está delicioso este clima. — su voz me hace mirarla. — Te diré un secreto: El ambiente fresco y nublado es mi favorito.

— Y el mío igual.

Ella está delante de mí vestida con un diminuto traje de lencería, el color negro hace ver su piel reluciente sin ninguna imperfección. Sus pechos no tan grande, pero ni tan chicos, están perfectamente levantados sin necesidad de sostén.

Su cabello castaño cae por sus hombres tapando un poco sus pechos, sus ojos verdes tienen ese brillo de felicidad junto con su sonrisa...

— Me siento muy feliz... — habla. — ¿Y sabes? Eso es muy extraño en mí, normalmente soy una persona neutra con un montón de problemas... pero hoy es distinto.

La invito a sentarse en mi regazo, ambos nos encontramos en el balcón y me termino el cigarrillo junto con el vaso de whisky.

— Tú te mereces todo lo bueno.

La luz de la noche ilumina sus ojos cristalinos y se ve tan hermosa que acaricio sus mejillas y labios.

La luz de la noche ilumina sus ojos cristalinos, ella se ve tan hermosa que acaricio sus mejillas y labios.

— Te mereces todo lo bueno, Amelia.

Beso sus mejillas seguidos de sus labios disfrutando de su aroma tan suave, sus labios carnosos y ella al estar solamente en bragas su piel se eriza ante el viento fresco.

Ella posa sus manos en cuello y nuca mientras que pongo ambas en su cintura, acariciando. Disfruto del beso sin tener prisa, disfrutando el momento.

TRAVIESA OBSESIÓNWhere stories live. Discover now