Por ella.
Leonard
Me levanto como si mi cuerpo pesara media tonelada, tengo una resaca horrible. El whisky en exceso te pone la cabeza como un bombín. El celular es lo que logra que salga de mi lecho; hace horas está sonando y aún así, paso de largo y me dirijo al baño para darme una merecida ducha y relajarme. Anoche fue una noche larga y no pude dormir bien, solo recuerdo a Fiama en mi cama, pero ya no está. No sé cuándo se largó, pero tampoco me importa.
Como siempre, mi mente aunque quiera vaciarla y tenerla como papel en blanco, es imposible. No hay momento donde consiga tranquilidad, jamás estaré en paz hasta que cobre lo que me deben, con intereses. Y además, ahora tengo a la pequeña mocosa pegada como chicle a mis pensamientos.
Hoy es día de actividad en el Luxor. No me puedo ir de este sitio porque ya me comprometí a participar, un caballero siempre cumple su palabra. Apostaré, esa es la mejor opción para los ricos, no hay que ensuciarse las manos, el dinero siempre hace maravillas. Algunos participan por puro placer, pero yo no tengo motivación alguna para entrar, así que me limitaré a observar y procesar todo.
Ya es medio día luego de que termino mis pendientes. El sonido de mi móvil por enésima vez hace que me decida a contestar al ver la pantalla.
– Père– respondo al instante a mi padre.
– Bonjour, Fils -*Buenos días, hijo*- He estado llamando y no he obtenido respuestas, espero que por una buena razón, ¿qué novedades me tienes? – Me siento orgulloso de este hombre, es mi ejemplo a seguir, mi héroe desde que era niño y estuvo para mí cuando mi madre murió, bueno, cuando la asesinaron. Siento del otro lado de la línea la expulsión del humo de un Habano, lo que indica que está estresado.
Nunca iría en su contra, la familia siempre es primero, pero no puedo darle información hasta que tenga todo lo que necesito. A pesar de que tenemos el mismo fin, tal ves nuestros medios sean diferentes. Él me educó, pero me gusta hacer las cosas a mi manera. Tengo el dinero suficiente para lo que quiera, con los negocios y la herencia que me dejó mi madre soy autosuficiente, no lo necesito, pero lo respeto y le soy leal.
– Todavía nada, sigo en la misma pista, pero es una presa bastante escurridiza, Pére
–¿Estás perdiendo facultades Fils?– dice tranquilo del otro lado, lo que logra que me enoje al entender su toque de sarcasmo– Estás alargando mucho un plazo. No hay tiempo, cumple tu promesa antes de que sea tarde, una cosa tan pequeña no puede ser tan problemática.
– Père, todo está bajo control, pronto te daré respuestas.– digo y cuelga al momento sin siquiera responder. Odio que haga eso, pero yo tengo la misma costumbre.
Dos horas más tarde, luego de responder mensajes y hacer llamadas aburridas, viene lo bueno. El tiempo de saber quiénes son los que se ganan el mérito de llamarse jefes. Una camisa blanca con pantalones de vestir negros y zapatos del mismo color, se convierten en mi mejor opción. Es un BCC - Básico, clásico y cómodo-. Todo en perfecta armonía con una pequeña herida en mi labio inferior, que me recuerda que la mocosa tiene agallas.
Ay, Joyita. Tienes mucho que aprender y poco tiempo para darte una lección. Pero admito que tienes los ovarios bien puestos para meterte sola en la boca del lobo. O eres muy lista, o muy tonta.
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Juego de Máscaras
RomanceRobar.Timar. Disfrazar. Embaucar. Exterminar. Son sus palabras favoritas, aunque lo niegue. De una chica aniñada, bajita y coqueta, nadie espera lo peor. Para ella todo se convierten en un simple juego, donde perder no es una opción. Lo que busca lo...
