Capitulo IX: ¡Raell Traidor!

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—¿Y qué hablaban? —habló por fin y bebió de su cerveza.

—De la novia de Raell —le contestó Carlos y sentí la presión en mi nuca, al tocar ese tema delante suyo.

—¿Ah si, y que pasa con ella? —siguió preguntando para indagar en el asunto.

Yo seguí en silencio.

—Nada, que es una buena chica y que nuestro amigo después de tantos tropiezos merece tener una persona así a su lado —Carlos siguió teniendo el dominio del tema.

Le di una rápida mirada a Aaron y note su mandíbula tensa.

—Claro, claro, una buena chica para un buen chico —opinó y me hizo sentir incómodo toda esta situación.

En eso a Carlos le sonó el celular, —Es una de mis víctimas, ya vuelvo tíos —avisó y fue a contestar apartado de nosotros.

Aaron soltaria su reclamo en 3...

—Con qué los novios perfectos ah —la ironía y el rencor en su voz no faltaron.

—Esto no fue mi idea ni estuvo en mis planes —aclaré, por si lo olvidó.

—Pero bien que disfrutas el juego con Liz.

Ignore su comentario mal intencionado, porque sé muy bien que está siendo movido por los celos y es entendible.

—Sabes bien que yo no intentaría nada indebido con Liz, estoy tratando de ser lo más receptivo con esta situación entre ustedes y yo en el medio —pedí algo de comprensión.

Porque yo era el menos culpable en esta situación.

—Lo siento amigo, estoy siendo duro contigo lo admito, pero no entiendo porque le seguiste el juego a Liz de venir.

Suspiré para mis adentros, ni yo mismo lo entendía tampoco —Sabes que no soy bueno diciendo que no.

Hizo mohín de razón, —Cierto, siempre buscas complacer a todo el mundo, el que estés metido en este juego nuestro lo demuestra —no recriminó, solo en cierta forma me dio créditos.

—Debes arreglar las cosas con Liz Aaron, no pueden seguir así.

—Ya todo está perdido Raell, que ella viniera a este viaje arruinó todo plan de hacerla mi novia oficial —se oyó frustrado—. ¿Cómo digo en un futuro que es mía, si antes los ojos de todos estuvo contigo primero?, la intención de Liz al venir fue muy clara: me mandó al caño sin contemplación.

Pensé muy bien lo que iba decir a continuación, porque no le gustaría.

—Después de esto creo que deberían olvidarse, hay actos que traen consecuencias irreversibles y este fue uno de ellos.

Hubo silencio entre los dos, hasta que escuchó una risita irónica suya.

—¿Quién te entiende?, primero me dices que arregle todo con ella y ahora me sales con que debo dar todo por perdido.

—Lo primero fue por consolación, lo segundo si es la realidad —fui sincero y negó la cabeza indignado.

—Liz hizo todo mal —le tiró toda la culpa y eso me enfado un poco.

—Ella no fue quien comenzó un triangulo amoroso, ni inventó un novio ficticio para salvarse el pellejo —le recordé, porque era increíble como parecía olvidar que la culpa de todo era suya y de más nadie.

—¿De qué lado estas Raell?

—Sabes bien que de la justicia.

Enmudeció, la culpa no lo dejó rechistar.

Arriésgate Liz. Where stories live. Discover now