Capítulo 1

14 2 0
                                    

¿Quién diría que el mundo no es tal y como imaginamos?

No todo es tan perfecto como creemos. Los secretos, los celos y la verdad que guardamos hace que esto de ser una obra de arte pase a ser la diarrea que sueltas en el baño después de haber estado todo el día comiendo chucherías.

Pues ese destrozo era nuestro colegio, Ciara Dance School, o más bien como lo llegaba a conocer, Devil Town, aunque todavía no se sabía toda la verdad escondida de este.

Esto duraría siempre o eso pensábamos todos hasta el gran suceso del año.

Recuerdo como comenzó todo esto.

23 de octubre de 2021, me despertaba a las siete de la mañana al sonar el despertador.

- ¡Joder para ya de sonar! -grité desesperada creyendo que el reloj pararía de sonar.

Mi cabeza iba a explotar en algún momento de todo el cansancio que tenía, parecía que me hubiera quedado toda la noche en vela.

Quince minutos después conseguí todas las ganas suficientes para hacer que todo el ruido parara de una vez.

Que alivio sentí en ese momento, por fin reinaba en la habitación el inmenso silencio.

Me levante después de estar tumbada un rato en la cama.

Mi día ya comenzaba, el sol asomándose por mi habitación desde la ventana que te hacia admirar uno de los mejores paisajes que he visto en mi vida -una sierra con montañas completamente verdes, bosques frondosos con árboles llenos de hojas en su copa, donde los animales se escondían de sus depredadores y también se comunicaban entre ellos- que me hacía tener ganas de despertarme por las mañanas.

Después de estar un buen rato mirando aquellas vistas me duché y me vestí para las clases.

Todos teníamos que llevar un uniforme, daba igual tu género. Los chicos debían ir con unos pantalones vaqueros marrones y una camisa blanca, -pero si hacía frío debían de ponerse un jersey marrón por encima- y las chicas llevaban una camisa blanca, con una falda negra y un jersey azul oscuro con rayas grandes blancas y unas más pequeñas amarillas. Si no cumplías una de estas normas ibas directamente a dirección y te castigaban.

Cuando ya estaba arreglada casi del todo me peiné y me maquillé un poco.

Estuve un gran rato intentando hacerme un nuevo peinado para ir algo distinta que habitualmente, pero al final conseguí peinarme igual que siempre, dejar mi pelo negro largo suelto, haciendo que se vea ondulado.

Finalmente estaba lista para ir a desayunar y empezar las clases.

Me dirigí poco a poco hacia allá por los grandes pasillos del colegio, oscuros, tenebrosos, llenos de cuadros famosos y sobre personas importantes que pasaron por aquí.

Muchísimos alumnos pasaban por ese lugar, estaba abarrotado, -la gente te empujaba del poco espacio libre que había para andar, también se escuchaba mucho jaleo de todos hablando-hubo un momento en el que le grite a un niño un poco más pequeño que yo, lo peor es que se enfadó porque supuestamente él había tenido. ¡Cuidado es lo que tuvo su prima!

Y así me llevé un rato más hasta llegar al sitio que quería, enfadada y gritándole a las personas que me empujaban muy fuerte y ni siquiera pedían perdón.

Cuando entré en el comedor me di cuenta de lo lleno que estaba, al parecer era de los días que había más gente.

En este lugar había 4 mesas largas, según tu edad ibas en una u otra.

Yo al tener 16 años iba en la última y al final de esta con personas más mayores y un poco más pequeñas que yo.

Me fui acercando a mi sitio correspondientes y fui visualizando las cabezas con los que me sentaba, menos una que no la había visto nunca y me parecía que faltaba una.

-¡Hola Ellie! ¿Qué tal la mañana? -me preguntó Hannah, una de mis mejores amigas, que me llamaba por un apodo que ella adoraba.

Le miré a la cara para responderle y me fijé en sus ojeras que destacaban mucho en su cara blanca como la nieve y lo mal peinada que llevaba su gran melena rubia, no tenía muy buen aspecto.

-Mal, no paro de enfadarme, esto es insoportable-respondí.

-Pero si tú siempre estás enfadada-se burló Dante para hacer reír a los demás.

-Primero no estoy todo el tiempo así, aunque lo parezca. Y segundo, mejor ser así que un egoísta y un borde que solo persigue a la gente por popularidad-

No pensaba para nada decir eso, pero se me escapo. Si supiera que eso sería solo el comienzo de lo que nos cambiaría para siempre...

-Jajajaja, dijo toda la verdad de ti-informó Tiana.

-Tú te callas sapo-contestó él.

Eso a ella le afecto mucho, era muy sensible, y le dolió ese comentario. Poco a poco vi como se marchaba corriendo mientras que su hermoso pelo pelirrojo saltaba mientras que ella corría.

-Tío, ¡te has pasado! -se quejó Laura con su acento español. Me hacía un poco de gracia cuando hablaba por eso.

-No, no lo he hecho y tú solo dices eso porque eres su novia y como no sabe defenderse ella solita... Las dos sois unas asquerosas deberíais estar muertas-

Me quedé flipando, no me esperaba esto de él, había superado la raya.

Ella al escuchar eso reaccionó pegándole un puñetazo, y obviamente Dante siguió la pelea, eso era lo que él quería.

-¿Crees que eso va a cambiar el mundo?-amenazaba él.

-¡Al menos no estaré más en mi vida con un puto asqueroso homófobo como tú!-gritó ella

Rápidamente las personas que estaban en el comedor se fueron acercando mientras que yo intentaba parar a Dante y una chica que no conocía de nada consiguió frenarla aunque le costó mucho.

-Vosotros dos a dirección- dijo una profesora. – Muchas gracias por hacer eso señoritas-

-No hay de que-respondió la chica.

Parecía nueva, alguien que llevara tiempo en esta escuela no haría lo que hizo ella y se quedaría mirando.

-Gracias-respondí.

-De nada-dijo con una sonrisa.

Me fijé en su físico, su pelo como la seda, rubio como el oro, sus ojos oceánicos y mejillas rosadas.

-¿Cuál es tu nombre?-preguntó ella amablemente.

-A...Amelie-dije cortadamente.

-Es muy bonito, yo soy Lara-  

Devil TownWhere stories live. Discover now