Prólogo

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      Los sonidos del reloj se escuchaban por toda la habitación. Cada vez tenía menos tiempo para hacerlo. Había limpiado absolutamente todo, pero las pocas pistas que quedaban no estaban eliminadas. 

Las metí con mucho cuidado en una bolsa de basura sin dejar algún rastro sobre mí. 

El reloj marcaba las tres de la mañana, y a estas horas los profesores empezaban a vigilar los pasillos. Los únicos sitios donde no vigilaban eran en las habitaciones, así que se mi única manera de esconder todo era saliendo por la ventana. Por suerte esta daba a un bosque, con árboles muy frondosos, y por allí no pasaba nadie ya que no estaba permitido, pero yo iba a infringir eso.                                                                                                                                          

Salté de la sala al césped de aquel paisaje verde -por lo tanto que llovía por esta zona de Irlanda-, y muy oscuro, y más siendo de noche.

La cogí lo más deprisa que pude y fui corriendo hacia el máximo interior de esa profunda arboleda. A penas veía nada, no tenía linterna, solo un mechero pero no iluminaba lo suficiente para que yo viera perfectamente por donde iba.

Búhos y lechuzas piaban mientras que algunos mosquitos me picaban y algunas luciérnagas se aproximaban a mi encendedor. Cada vez que daba un paso se escuchaban las hojas del suelo rompiéndose, aunque estaba intentando hacer el mínimo ruido.

Después de un rato buscando el sitio ideal lo visualicé, un gran descampado, seco y perfecto para quemar todo.

Coloqué la gran bolsa y le eché un poco de aceite que tenía en un frasco para después quemar todas las pruebas.

Saqué el mechero del bolsillo de mi pantalón, lo encendí con delicadeza para no quemarme e hice que el fuego tocara un poco el gran saco para que ardiera finalmente.

Poco a poco la bolsa empezó a incendiarse.

Una gran alegría invadió mi cuerpo, podría seguir mi vida sin ninguna preocupación, al menos por un tiempo, hasta que notaran su desaparición.

Zoe Mitchell, la perfecta adolescente y envidiada por muchísimas personas.

Con solo 16 años la muerte la alcanzó, pobrecita.

Todos dirán eso al enterarse de la noticia de que nunca más volvería y de que todo el mundo perdiera la esperanza de encontrarla. Pero nadie sabía cómo realmente era ella.

Era una persona con doble cara, con algunas podía ser un angelito y con otras el mismo diablo humano, pero sin que se enterasen los demás.

Un día, recuerdo perfectamente, que le escuché deseando la muerte a otra persona solo porque esa persona no hizo una vez una cosa que ella le pidió.

Todo el mundo agradecería que no estuviera ya en este mundo, aunque por fuera mucha gente lloraría y otros estarían tristes para no quedar mal.

Lentamente y con mucho cuidado que no me pillaran caminé de vuelta al colegio y subí sus paredes lentamente.

Me costó un poco pero al menos conseguí que nadie me viera.

Si hubiera sabido que esto cambiaría muchísimo mi vida ni siquiera hubiera pasado aquel día con ella.

Playlist:
 -Devil Town ( Cavetown)
 -Bloody Mary ( Lady Gaga)
 -I can't handle change
 -Run boy run (The golden age)
 -Washing Machine Heart ( Mistsiki)
 - Swan lake, Op. 20 a:I. Scène
 -Traitor ( Olivia Rodrigo)
 -Freaks (Surf Curse)
 -Carmen ( Lana del Rey)
 -Favorite crime ( Olivia Rodrigo)
 -Bohemian Rhapsody ( Queen)
 -Jealousy, jealousy ( Olivia Rodrigo)           

No publiques, versiones o traduzcas esta historia sin mi permiso porque serás denunciado si haces eso y tú historia será eliminada. Espero que lo entendáis estoy poniendo mucho esfuerzo y empeño para que ahora alguien lo haga sin ni siquiera informármelo

Devil TownWhere stories live. Discover now