Goku bottom [One-shots]

☘Deseos de pareja☘

☘Milk alfa x Goku Omega☘
☘Para: ELI__504☘
▪▪▪▪No se aceptan pedidos▪▪▪▪
▪▪▪▪▪▪▪hasta nuevo aviso▪▪▪▪▪▪▪

Ahí estaban ambos, en una cita por su segundo año de matrimonio, sumando siete años de noviazgo, son nueve años amándose. Milk era una mujer alfa, fuerte, de carácter, bastante alta; y, como no, bastante sexy.

Un poco al contrario estaba su marido, Goku; un hombre omega, más bajo que ella, tierno, y delicado.

Mientras caminaban por el parque botánico, —lugar donde se conocieron—, el peli-palmera vio a una pareja como ellos. Se aferró al brazo de su mujer con una sonrisa risueña, esa pareja tenía dos bellos niños. Sin darse cuenta, suspiró sumergido en su imaginación; la peli-negra notó el comportamiento de su marido, y notó el otro matrimonio con niños, pero no los relacionó entre sí.

—¿Ocurre algo? —Preguntó con una sonrisa relajada, al más bajo.

Lo vio negar mientras se miraban con ese brillo romántico en sus luceros, como la primera vez.

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Volviendo a casa, el omega seguía aferrado al brazo de su alfa, de casualidad pasaron por un local con cosas para infantes y bebés. Aunque como suele pasar cuando tienes un muy anhelado deseo, el menor lo consideró como parte del destino, volvió a sonreír un poco ruborizado, y miró la vidriera por unos segundos.

Por un momento no se percató del habla de la mayor, desvió su mirada de los productos, e intentó reintegrarse a la conversación.

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Y apenas entraron a su hogar, al celular de la peli-negra le empezaron a llover notificaciones, suspiró con una gota de sudor en la sien. Habían días en los que sus trabajadores parecían ponerse de acuerdo para llamarla desde la empresa. Mientras el peli-palmera la miraba con tensión, como si quisiera decirle algo pero al mismo tiempo sin querer interrumpirla.

—Lo siento, veré qué quieren y lo arreglaré. —Le sonrió con cariño, acariciando su mejilla.

El más bajo volvió a asentir, y la vio empezar a irse a la habitación, aunque luego volteó a verlo.

—Por cierto, utilizaré tu computadora para el trabajo.

—Sí, claro.

Volvió a asentir, y se sirvió algo de tomar... minutos después soltó un jadeo de susto, palideciendo.

—¡Mi historial!