S. D. D

Capítulo 100

Como un trozo de bizcocho horneado con una textura chispeante y esponjosa, daba la impresión de deshacerse en la boca.

Al ver que la otra parte no hacía ningún movimiento, sino que se limitaba a mirar fijamente con ojos rectos, la respiración de Cheng Jin se alteró por un momento y susurró: "¿Quieres tú también quieres... bañarte?"

Después de un largo rato, Lu Tao asintió: "Sí".

Sólo después de verlo entrar en el baño, Cheng Jin dio un suspiro de alivio y se apresuró a rebuscar en los bolsillos de su chaqueta.

Efectivamente, había un televisor en la habitación, y la maquinita que había mencionado el hombre que vendía la película. Sacó el disco y lo estudió un rato antes de averiguar cómo ponerlo en esa maquinita, y lo examinó de nuevo un rato antes de encender la pantalla.

En el momento en que el televisor hizo un fuerte ruido, Cheng Jin se sobresaltó.

La primera persona que se instaló había puesto el televisor a un volumen muy alto, por lo que el sonido era ahora muy alto. Cuando no supo qué hacer, una figura cogió un pequeño mando a distancia que estaba sobre la mesita y lo pulsó varias veces seguidas, y el volumen bajó.

Cuando vio a Lu Tao de pie frente a ella, su cara se puso roja de vergüenza.

¿Qué hacer? La otra parte se había enterado.

Sólo cuando Cheng Jin se sintió tan avergonzado, recordó que había comprado esta pieza para disfrutarla con su marido. Y eran pareja legal, ¿qué había de malo en ver una porno juntos?

-"¿Parece que estás viendo dibujos animados?"

Una voz sonó en lo alto y Cheng Jin se congeló, a punto de asentir, antes de percibir rápidamente que algo iba mal.

¿Qué dibujo animado? ¿No había comprado una película para adultos?

Cheng Jin giró la cabeza para mirar la pantalla del televisor y se dio cuenta de que en realidad era un dibujo animado, y uno bastante clásico, que incluso había visto cuando era niño. Pero, obviamente, la portada era tan erótica, ¿cómo podía ser así el contenido del interior?

Al darse cuenta de que podría haber sido engañado, Cheng Jin se desanimó un poco y dijo: "Ah, me gusta".

Cuando notó que alguien se sentaba a su lado, Cheng Jin todavía estaba un poco confundido cuando inclinó la cabeza y vio a su marido. La luz de la habitación era tenue, y la luz brillaba con fuerza sobre el rostro de Lu Tao, magnificando su atractivo y calentando de nuevo el cuerpo de Cheng Jin, aunque rápidamente se dio cuenta de que el otro hombre probablemente no se había duchado, ya que ni siquiera se había cambiado de ropa.

Cheng Jin tragó saliva antes de preguntar: "¿No te has bañado?"

-"Hmm."

Cheng Jin estaba un poco inseguro, sabía que Lu Tao no era una persona desaliñada, sino bastante limpia. Pero no había ninguna ley que dijera que la gente tenía que bañarse todos los días, y el lugar al que viajaban no estaba sucio, así que estaba bien que Lu Tao no se lavara. Pero a veces un baño no significaba sólo un baño, sino más bien como una señal, una señal que decía que había que hacer algo más tarde.

Parecía que esta noche iba a ser de nuevo un fracaso.

Sería una mentira no decir que estaba decepcionada, Cheng Jin suspiró suavemente, giró la cabeza con aburrimiento y estaba a punto de apagar el televisor cuando la imagen de la gran pantalla parpadeó y cambió rápidamente.