Capítulo XV

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—Deben hacerle caso a Akina mientras no estoy, ¿si? Y seguir haciéndole a Yoichi y Hiro.

Finalmente había llegado ese día en que debían partir rumbo a la vivienda Rengoku, donde vivía el hermano menor de Kyojuro junto a su padre. Estaba nerviosa, cosa que de vez en cuando se mostraba con claridad.

—Sí...— respondieron cansados y de mala gana Ryo y Ohara, siendo la décima vez que se los decía esa mañana.

—¡Pero queremos que Rengoku juegue con nosotros cuando regresen!— reclamó el mayor de los dos, mientras que el menor lo apoyaba.

—¡Por supuesto!— comentó el nombrado, estando algo alejado de ellos, a espalda de _____. Y soltó una carcajada.

—¿Podrás con todo, Akina?

Giró a donde estaba la chica, quien sonreía y asintió, cargando con su hermana menor.

—No te preocupes. Todo estará bajo control.

—Bien...— dijo no muy convencida, comenzando a girar su cuerpo para emprender camino —Mañana regresamos. Cuídense, por favor.

—¡Que les vaya bien en el viaje! ¡Bendiciones!

Escucharon como los Okumura menores a ella se despedían, quedando varios metros detrás de ellos. Y como Nomi lloraba por ver cómo se iban, lo cual hacia que se tensara.

—Todo estará bien. Confía en ellos.

Lo que dijo Kyojuro, provocó que volteara a verlo y asintiera con la mirada algo perdida.

—Eso espero...

Miró nerviosa como Kyojuro daba algunos golpes a la puerta exterior, aguardando a que los atendieran

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Miró nerviosa como Kyojuro daba algunos golpes a la puerta exterior, aguardando a que los atendieran. Balanceaba un poco la bolsa de tela que tenía entre sus manos, siendo un pequeño obsequio que había preparado para el familiar del cazador de demonios.

Y, sin tardar mucho, la puerta se abrió con cuidado, asomándose un rostro muy parecido a quien tenía a su lado. Sus cabellos también eran idénticos.

—¡Hermano!— exclamó emocionado, yendo a abrazarlo —Ya no veía la hora para que llegaras— mencionó cuando se fue separando de a poco.

—Era un largo camino— comentó para despeinar su pelo.

El niño volteó en dirección a donde estaba la apellidada Okumura, haciendo de inmediato una reverencia.

—Buenas tardes, señorita Okumura. Mi hermano mayor me ha hablado mucho y muy bien de usted.

—Buenas tardes, Senjuro. Tu hermano también me habló bien de ti— ladeó ligeramente su cabeza, sonriendo tiernamente y con un pequeño rubor. No pensó que hablara tanto de ella, aunque debía ser obvio.

Sin aguardar más, los dejó pasar hasta instalarse en la sala que parecía ser la principal. Estaba arreglada, mostrando que si los estuvo esperando. Incluso ya habían algunos bocadillos en unas bandejas.

23 ABRAZOS |Kyojuro Rengoku y tú|Where stories live. Discover now