🍄Día 04🍄

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Discutir es realmente necesario para el ser humano, los esposos lo saben mas que nadie pero el ambiente tenso  del lugar ha hecho escapar incluso a Chifuyu.

Porque verlos era diferentes a imaginarlos.

—Deja de joderme, Manjiro— Exclama Takemichi olvidando completamente contra quien está despotricando lleno de furia.

El rubio también olvida que ambos son demasiado explosivos cuando los límites de Takemichi son sobrepasados—¡Fue una puta broma!— Exclama en respuesta.

—¿¡UNA MALDITA BROMA!?

—¡SÍ!

Mikey siente la ira recorriendo sus venas en lava ardiente por lo estúpidamente dramático que tiene que ser su esposo.

Takemichi gruñe por lo molesto que está y decide largarse del lugar con un portazo sinónimo de su ira acumulada.

Pero olvida con quien está, olvida que su querido esposo es Manjiro Sano, ex líder de la temida ToMan, aquel capaz de destrozar a quien se le plazca con un solo movimiento.

Y vaya que se acuerda cuando es arrinconado sobre la superficie de madera, y es que no ha sido tan rápido para salir y Mikey ha tomado la delantera encerrándolo entre sus brazos y la puerta.

—Me jode que te enojes por algo tan estúpido— Le dice el rubio.

Takemichi hierve hasta el punto de ebullición, esta vez saltándose la fase en la que lloraría y se aferraría a su esposo.

Esta vez no. Está con la saña de vengarse, y es que ha llorado media tarde en brazos de Chifuyu por una estúpida broma.

La ira es irracional y el miedo no es capaz de pararla y es que otra de las cosas que destacaban de ese hombre de zafiros azulinos es que no puede frenar su ira cuando se enoja.

Por eso la única forma de ganar, esa forma de vengarse sin recibir daños reales es la única que se le ocurre, eso y que está malditamente estresado y no puede pensar con claridad cuando el aliento de su esposo nubla sus sentidos, el aroma y esa estúpida sonrisa, cuanto lo detesta, y detesta a su vez lo caliente que es.

Pero decide aferrarse a su ira pues es lo único que lo envalentona lo suficiente para lanzarse sobre la boca de Mikey, agresivo y cruel con el deseo de callarlo y verlo avergonzado, tal como el propio Takemichi se sintió.

Sano no tiene tiempo de razonar cuando el fogoso beso no para y le roba el aliento, dichoso el de intentar sostener la cintura del pelinegro que contrario a lo habitual le muerde en forma de advertencia, ambos retienen un gruñido de satisfacción pues es algo relativamente nuevo.

Ambas mentes se nublan cuando Takemichi decide que arriesgarse vale la pena, ver esos hermoso ojos ónix brillantes y llorosos es lo que desea, quiere destruirlo y que se le quiten las ganas de burlarse.

Sabe bien, demasiado, se siente bien, hipnótico, porque Sano a pesar de todo no puede evitar derretirse cuando el pelinegro abandona su boca con un pequeño hilo de saliva y sin dar se atreve a morder suavemente su manzana de Adán, se avergüenza del gemido involuntario que sale en forma de suspiro anhelante, va a voltear las cosas pues sus propias manos tientan a empujar a Takemichi.

Por su lado, el ajiazul siente la adrenalina quebrando su instinto de autopreservación pues lame el lugar recién mordido pasando suavemente su lengua en forma superficial y cuando siente el leve empuje para alejarlo de ese glorioso cuerpo en acto automático e instintivo pasa su pierna lo suficiente para rozar el ligero bulto creciente en los pantalones sueltos de su esposo, igualmente los brazos de Mikey pierden fuerza por al menos dos segundos, que aprovecha furtivo bajando el rostro hasta el nivel de las clavículas del rubio quien volviendo en si intenta jalarle el pelo en una clara protesta de como el control de estaba yendo directamente a su esposo llorón.

—Q-Quiero hacerte llorar, quiero ver tu rostro lleno de lágrimas anhelantes para mí, porque no soy tu juguete, si pretendes tratarme como tal entonces dejame jugar a mi también— Las palabras escapan del caliente aliento de Takemichi quien incluso ahora sostiene la cintura del hombre que podría partirle la cara en segundos, no puede parar cuando mira el rojo pasando por el cuello y orejas de Manjiro, es precioso a un nivel diferente porque le encanta verlo con esa sonrisa burlona y esa expresión dominante pero también tiene una fascinación absoluta por esos ojos abiertos a su máxima expresión, esos labios hinchados por el reciente beso, y sus preciosos irices brillantes. Siente vergüenza y Takemichi no puede estar mas orgulloso.

Pero también olvida que ese hombre tiene el titulo de Invencible Mikey.

—Takemicchi es un bravucón~

Mikey cambia de posición rápidamente, efervescente y expectante, no puede evitarlo, caerá ante Takemichi de cualquier forma y no puede molestarse, el placer seguirá existiendo pero será divertido probar.

Una mordida es nuevamente depositada sobre sus clavículas.

—Cumpliré tu capricho— Susurra antes de recibir un apretón sobre sus caderas gracias a la ascendente mano del pelinegro.—Mmhg ah~ pero el que termine primero deberá pedir disculpas.

Y con esa apuesta el trato es cerrado.

Las discusiones son necesarias pero a veces los giros de la vida son mas satisfactorios de lo previsto.

———[🌸]———

Creo que esto es lo mas vainilla que puedo escribir, lo siento. Y ¡Viva la versatilidad!

Hola y gracias por el apoyo a este mini fic.

Si no te gusta el rol solo ignoralo que cada uno tendrá sus momentos.

💕

Si notan lo errores por favor diganmelo...

Cosas de casados.Where stories live. Discover now