THIRTY FIVE

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Esa era una de las escenas más aterradoras que JiMin había visto en toda su vida fue fácil jurar que su corazón dejó de latir por un duro instante.

­­—¡¿Qué sucede con YoonGi?! —exclamó tirando con tanta fuerza el control del FranXX que sus nudillos se volvieron blancos.

La reina apenas lo miró y 095 nunca se sintió tan fuera de control. Intentó mover su robot para que avanzara hacia la reina de los Klaxosaurios, sintiéndose como si fuera pólvora y la chispa para hacerlo estallar ya hubiese sido encendida.

—Detente, 095, esto es una orden —Jin dijo calmadamente y contrario a su apariencia, su lazo mental con JiMin se volvió igual de pesado que una piedra.

—¡Le hizo algo terrible a YoonGi! —No le importó la orden, comenzó a sacudirse con la esperanza de hacer su FranXX avanzar de alguna forma— ¡¿Cómo podría detenerme?!

—No sería nuestro movimiento más sensato atacarla sin pensar.

—¡No puede importarme menos la estrategia!

Reina, ¿es consciente que hemos encontrado el núcleo y se encuentra acorralada? —JiMin observó pasmado al líder de los Nines dirigirse hacia la reina de los Klaxosaurios con ayuda del altavoz del FranXX.

La criatura no mostró ningún cambio en su expresión, sólo que el tentáculo que rodeaba a YoonGi se apretó alrededor con mucha más fuerza.

—¿Los humanos conocen el valor de este núcleo? —JiMin sintió la mente de Jin tensarse sutilmente lo que le indicó que había algo más que los adultos nunca le dijeron. Sus mentiras ya no era una sorpresa— Lo hacen, tienen la información de porque nuestro nido está construido protegiendo este corazón.

—¿Qué? ¿Qué es lo que la reina quiere decir, Jin?

Como JiMin podía esperar Jin no respondió para él.

Lo conocemos majestad es por eso que lo queremos.

¿Por qué ese núcleo en particular? ¿No era suficiente con los que los adultos ya habían tomado?

—¿Esperan que yo les entregue este núcleo con sencillez? —La reina sonrió en grande, demostrando sus amenazadores colmillos— Podría destruirlo y los humanos perderían para siempre la energía de magna, por la que tomaron tantas vidas de mis hermanos.

Ella agitó uno de sus tentáculos y para la sorpresa de todos los parásitos presentes, atravesó con la punta el núcleo, rompiendo la membrana que lo protegía.

Un delgado hilo de lo que a JiMin le pareció ser sangre brotó lentamente.

Ese acto logró lo que parecía imposible, una emoción en el piloto de los Nines que siempre era tan elegantemente frío.

Jin tuvo miedo. Rompiendo su apariencia de serenidad, no fue difícil de descubrirlo porque actuó impulsivamente obligando al FranXX de JiMin avanzar con una orden mental con poca gracia.

—¡Ataquen! ¡No podemos dejar que dañe el núcleo!

La reina se pavoneó con una risa que era todo menos humana. Sonaba a un Klaxosaurio rugiendo agudamente antes de atacar a su enemigo.

—Ataquen y dañen el núcleo por el que los humanos han matado tanto —dijo ella, viéndose espantosamente más grandes que antes.

JiMin no necesitó preguntarse para quienes iban dirigidas esos mandamientos, del suelo brotaron Klaxosaurios negros con líneas azules en formas extrañas.

Los monstruos no dudaron en atacar a todos los FranXX.

—¿Quieres a 093 de regreso, 095? —Jin preguntó, conservando ese aspecto de descontrol—Lucharemos con la reina, tenemos que acabarla antes de que los otros Nines coloquen el detonador.

Kiss of Death [JimSu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora