EXTRA 5

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«Sí, quiero

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«Sí, quiero.»

―Jihyo


Existen palabras que, de un momento a otro, pueden cambiar nuestras vidas para siempre. A veces para bien, otras para mal. Afortunadamente, y digo afortunadamente porque en realidad yo era una de las pocas privilegiadas en el mundo, en el último tiempo mi vida solo había cambiado para bien, igual que la vida de todos los que me rodeaban.

Hacía tan solo un día había comprobado con mis propios ojos que el mundo no era tan trágico como había supuesto en mi adolescencia.

Era increíble cómo un bebé, una vida recién comenzando, podía traer tanta felicidad a tantas personas. El día anterior había conocido a ese bebé. Su nombre era Wonyoung.

Todo había sucedido tan rápido que aún me costaba asimilar que Seulgi fuera madre. Bueno, a ella también le había costado asimilarlo, aunque parecía estar llevándolo bien. Es decir, se había enterado de que iba a tener un hijo cuando menos lo esperaba, fue una sorpresa sin duda. Desde entonces, ya habían pasado siete meses y debía admitir que ella estaba haciendo un buen trabajo. Incluso Daniel se había sorprendido de ver a su hermana actuando como una adulta responsable.

Seulgi nunca había sido idiota, ni totalmente irresponsable (al menos, no con sus estudios), pero jamás había mostrado intenciones de crear una familia. Entonces sí, el hombre que uno menos hubiera esperado que la atrapara, la había atrapado. Su amigo terminó convirtiéndose en el padre de su hija.

Vernon era maravilloso. En más de una ocasión, yo había tenido la oportunidad de hablar con él. Era introvertido en comparación a Seulgi, pero lo suficientemente amigable como para generar confianza en quienes lo rodeaban.

Era bueno saber que, incluso después de su ruptura, ellos estaban dispuestos a mantener el contacto por el bien de su hija. Aunque era imposible ignorar la química entre ellos. Había más que un vínculo uniéndolos. Pero eso... eso no era de mi incumbencia y según Daniel, que demasiado bien conocía su hermana, Seulgi iba a darse cuenta tarde o temprano.

Por el bien de ambos (y el de Wonyoung), esperaba que fuera pronto. Ellos merecían ser felices juntos, tanto como lo éramos Dani y yo.

Dani y yo.

Vaya.

Aún acostada, con la vista puesta en el techo, sonreí a mis pensamientos.

La semana anterior, incluyendo Noche Buena, la habíamos compartido con la familia de Daniel.

Pero inesperadamente, para ser más precisa el día anterior, Niel había decidido que nos tomáramos unos días a solas. Y por eso, ahora, yo estaba acostada en una cómoda cama dentro de una rústica habitación.

Estábamos en una zona alejada de la ciudad, todavía dentro del mismo Estado, pero casi en el límite con el siguiente. La vegetación en los alrededores era espesa. Las cimas de los pinos blancas, cubiertas de nieve, eran como de una postal.

𝐄𝐒𝐓Ú𝐏𝐈𝐃𝐎 𝐃𝐀𝐍𝐈𝐄𝐋 | 𝐉𝐈𝐍𝐈𝐄𝐋Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang