you are my home

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No sabía muy bien lo que pasaba, pero sin pensarlo, corrí detrás de ella. Afuera seguía lloviendo mucho que hasta no se distinguía lo que tuvieses a más de dos metros. Pero con mis piernas, pude alcanzarla enseguida. No la paré, simplemente seguí corriendo, empujándola a ella conmigo. Quería alejarnos de todo.

- ¡Oliver, suéltame!

Obviamente no lo hice y ella puso un freno especial, que hizo que frenásemos los dos, derrapando un poco. Me clavé las manillas en el estómago y me estremecí agachándome un poco.

- ¡Te dije que me dejaras sola, joder! ¡Déjame estar sola!- me puse en frente para mirarla.

Ambos estábamos empapados. Estábamos sobre un puente de hormigón que cruzaba aquel pequeño canal, en donde nuestros ojos se cruzaron por primera vez. Y ahora, ella no se atrevía a levantar la cabeza siquiera.

- Me da igual lo que te haya dicho la arpía de Carla, pero no es cierto.

- ¡Da igual lo que me haya dicho! ¡El simple hecho de que quiera destruirme cada vez que nos vemos, ya me pone así! ¡Por qué yo! ¡Por qué está tan obsesionada con acabar con mi vida! ¡¿Qué he hecho para que todo el mundo me quiera muerta?!

Yo ya no tenía más corazón para romperse.

- Seguramente es porque no debí existir nunca, el mundo sólo quiere que desaparezca y eso haré.- al fin levantó su cabeza, poniéndose en marcha con una sonrisa apenada.

- ¿Qué pasa conmigo?- ella me miró confundida.- Cierto que soy un idiota egocéntrico, que no sabe expresarse y que se llevó siendo cruel con una de las mejores personas que conoció en su vida, durante seis largos años. Pero, Hayami, esto es muy egoísta de tu parte.

El flequillo morado ya cubría mi cara.

- Me da igual, Aiku, sólo quiero desaparecer.

- ¡¿Entonces no me quieres?!- grité al cielo, ya no aguantaba más. Un trueno sonó en la lejanía.- Que me parta un rayo si no lo haces.

- Y si tú me quisieras a mí, me dejarías morir…

- Eso no se hace así, el amor no funciona así. Si tienes que sufrir, yo sufriré contigo y si quieres morir, yo moriré contigo. ¿Cuándo se te meterá en la cabeza, que te quiero?

- Pero, ¿cómo puedes querer a alguien así?- se señaló con sus manos en la silla de ruedas.- Nadie puede amar a un desecho de la vida, un alma en pena.

- Estos años he estado completamente solo, podría obtener placer por unos minutos, pero el resto del día sólo trabajaba, comía y dormía. Eso no me pasaba estando contigo. Aunque sólo estuviésemos en la misma habitación sin hablar. O incluso separados cunado iba a mi casa a comer o dormir, yo sabía que estabas bien, que al día siguiente iba a ver esa sonrisa, con eso me bastaba para ser feliz. Me da igual donde esté, dónde yo vaya, tú eres mi hogar. Sólo estoy cómodo cuando estás tú. Sólo puedo ser yo mismo cuando estás tú.- me agaché, llorando como un bebé y le cogí la cara con ambas de mis manos.- Sé que me fui y te dejé aquí. Mi sueño profesional no complementaba contigo en ese momento y creí que sin mí, podrías vivir más tranquila. Me equivoqué, si yo quiero, el amor y el trabajo se pueden complementar. No iré a Italia, rechazaré a la Juventus y me quedaré aquí contigo y con tu abuela. Me quedaré en la selección japonesa, aunque sea para cortar el césped del estadio y tenga que coger el tren para ir a Tokio todos los días. No pienso dejarte más sola, por mucho que quieras deshacerte de mí, no lo harás.

La lluvia se estaba haciendo leve y la música del recinto de la fiesta empezó a sonar, haciendo eco por los alrededores. Apoyé mi frente junto con la de ella, su piel estaba muy fría e intentaba calentarla como fuese. Nuestras respiraciones chocaban en ese silencio confuso.

- Aiku, quiero que juegues en Italia y que crezcas profesionalmente. No quiero que te quedes aquí por mí, yo tampoco lo haría…

- Lo digo muy enserio…- puso su dedo en mis labios para callarme.

- No quiero ser un peso para nadie nunca más, quiero vivir mi vida sin que nadie me diga cómo o dónde. Así que me iré contigo, vayas a donde vayas, iré contigo, aunque no pueda caminar, te seguiré, no pienso dejarte solo nunca más tampoco. Quiero ser independiente y feliz, no quiero que me cuides ni que me mantengas, quiero buscarme yo sola mi propio camino. Aunque siento que si estoy contigo, tú me das el valor suficiente como para hacerlo.- ella fue esta vez quien levantó mi cara para mirarme bien. Ya la lluvia había parado.- Quiero volver a caminar, ese es mi sueño, ¿me ayudarás?

- Te ayudaré en lo que sea, incluso si es imposible, yo lo haré posible.

- Tus ojos brillan cuando dices la verdad… O cuando lloras como un bebé.- apretó mis mofletes con las palmas de sus manos, haciendo que pareciese un pez.

- Te iba a rechistar con que no lloro, pero es cierto.- hablé como pude y ella rio. Dios mío, la amo tanto.- ¿Quieres dormir conmigo esta noche?

Abrí los ojos cuando pensé en lo que dije, maldito bocazas soy. Ella sonrió, achinando sus ojos y eso me dejó confuso. Asintió, dejándome de apretar la cara y pasando sus manos a mi cuello.

- ¿Quieres? ¿En serio?

- Sí, claro. Aunque prefiero algo más que dormir.- lo dijo tan tranquila, con su sonrisa tan inocente que creí escuchar mal.

- ¿Quieres…? ¿Conmigo?- tartamudeaba sin saber por qué y me señalaba a mí mismo con mi dedo. Ella retrocedió con su silla, dejándome allí de rodillas, confundido y empapado.

- ¿Con quién más va a ser?- ladeó su cabeza sonriente.- Dejé a mi abuelita en la casa de la enfermera, tengo la casa sola. ¿Vamos?

Abrí la boca y me levanté rápidamente para ayudarla.

- ¿Lo tenías planeado acaso?- estaba muy sorprendido la verdad.

- Que va…- ambos reímos. 




 

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COME BACK HOME (Oliver Aiku × OC) [Blue Lock]Where stories live. Discover now