[Epílogo]

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[10 años después]

Suna veía como el contrincante se acercaba hasta él con velocidad, llevando el disco contra su palo. Pasó a los defensores. El público estaba eufórico. Sí lograba detener ese punto el tiempo acabaría y su equipo ganaría. Respiró hondo y cuando vio que el disco fue hasta él lo detuvo con su palo, lanzándole lejos y las bocinas sonaron, dando por finalizado el partido.

Su equipo gritó de felicidad, parte del público también. Habían ganado. Suna se sacó el casco y los guantes, su compañero Atsumu hizo lo mismo que él y se dieron un apretón de manos, fuerte, el que se mantenía rubio desde preparatoria gritó eufórico y Suna sonrió de lado.

—¡Así se hace, Suna-kun! —gritó un chico pelinaranja, sonriendo en grande, acercándose a ellos con emoción —¡Eso estuvo genial!

—Bien hecho, Suna —felicitó Ushijima con más calma que el pequeño gigante.

El equipo nacional de Japón, con sus compañeros Aran y Atsumu junto a él, también rostros conocidos como Hinata Shoyo y Kageyama Tobio, también Sakusa y su primo Komori, Bokuto, Ushijima, Yaku y Hoshiumi, además de los otros.

El castaño miró a la barrera encontrándose con un rostro conocido, unos ojos redondos y cabello castaño, amarrado en una coleta baja, la credencial decía camarógrafa oficial. Sonrió para la chica y luego patinó hasta el centro para despedir a su rival y finalmente salir de la pista, junto a los otros. Había sido un partido difícil, creyó que no podrían tomar ventaja del equipo argentino pero lo lograron. Cuando se sacó los patines junto a Atsumu sintió una risa contagiosa.

—Kondo, saluda a papi —dijo una voz que conocía bien y Suna se dio vuelta justo a tiempo para tomar al pequeño niño en sus brazos y alzarlo, dándole una vuelta, sacándole una carcajada a su hijo: Suna Kondo.

—¡Papá fuiste un superhéroe! —le exclamó el niño castaño de ojos mieles y mirada felina —Mamá dijo que cuando atrapaste el disco pudieron ganar.

—¿Eso te dijo mamá? —preguntó el castaño alzando una ceja y el niño de 6 años asintió. La persistencia y la actitud del niño le sacaron unas risas a sus compañeros de equipo.

—Atrapada —la camarógrafa alzó sus manos con una sonrisa ladeada y Suna se acercó hasta ella —Felicidades... Aibō.

El castaño miró a Tamako Kota acercarse y le dio un beso en los labios, también dándole un abrazo, aún con el niño entremedio.

—Ya, ya, no coman frente a los pobres —se quejó Atsumu rodando los ojos y sacó un par de carcajadas de los demás.

—¡Papá! —gritaron 2 niños, corriendo hasta el rubio y se abalanzaron sobre él. Atsumu tuvo que agacharse para evitar que los gemelos cayeran al suelo.

—¡Niños! —exclamó Atsumu con preocupación, pero los gemelos se comenzaron a reír.

—Les dije que no corrieran, pero estaban emocionados por verte —soltó una mujer, con ambas manos en su vientre abultado, estaba embarazada. Atsumu soltó un par de lágrimas al ver a su esposa y tomando a cada niño con una de sus manos se acercó para besar a Megumi.

—Te extrañé —le susurró el rubio a la chica y Megumi Mei soltó una risilla, frotando sus narices con cariño.

—¿Qué decías, Atsumu? —preguntó un chico pelinegro, poniéndose su mascarilla de nuevo, frunciendo el ceño.

Suna soltó una risa burlona.

—¡Ya cállate, Sakusa! —le gritó al pelinegro y volvió a ver a Megumi con cariño en su expresión, se agachó hasta la altura del estómago abultado de su esposa y sonrió —¿Y cómo está mi princesa?

—¿Al final es niña? —preguntó Kota a Megumi y la chica asintió.

—Ustedes sí que no perdieron el tiempo, ¿eh? 3 hijos no es poco —molestó Suna a su amigo y recibió una mirada fulminante de su parte.

—Cállate, que tienes a Kondo —le señaló al niño que jugaba con Hinata y Bokuto, riendo a carcajadas, el pequeño tenía la misma sonrisa de Kota, era muy parecido a ella cuando se reía, pero cuando tenía una expresión neutra o tímida era idéntico a Rintarō.

Kota se reía junto a su hijo por los chistes que hacían el pelinaranja y el teñido de gris. Incluso se metieron en la conversacion Tobio y Komori para pasar tiempo con Kondo. Los gemelos de Atsumu: Shin y Sae, (un año mayor que Kondo) se unieron a la diversión, incluso Sakusa y Ushijima no pudieron evitar sonreír cuando los tres niños se rieron, contagiando a los demás.

Suna al ver esa escena no pudo sentirse más completo.

—Oye, Suna-kun, Kondo dijo que quería ser como yo —dijo Hinata señalándose con orgullo.

—¿Qué dices, idiota? Claramente dijo que quería ser como yo —refutó Kageyama mirando con el ceño fruncido a su amigo.

—Kondo, ¿cómo quién quieres ser? —le preguntó Kota a su hijo, acariciando su cabeza.

—C-como... el tío Komori —dijo tímido y el nombrado se señaló con impresión.

—¿Cómo yo? —el primo de Sakusa se agachó hasta la altura del niño —¿No como tu padre?

—Yo quiero ser el que protege a papá —dijo el niño con un brillo en sus ojos y Suna se tensó al escucharlo —quiero ser un defensa y proteger que los discos no lleguen a papá.

—¡Aww~! —exclamó Bokuto con una mano en el pecho, encontrando adorable al niño. Suna miró a otro lado sintiéndose emocionado de repente, esa respuesta fue mucho mejor a que dijera que quisiera ser como él. Kondo y Kota miraron al castaño sonrojarse y sonrieron cómplices.

—¿Y ustedes, Shin, Sae? —preguntó Hinata a los gemelos.

Los niños se miraron entre ellos. Atsumu esperaba con orgullo una respuesta como la de Kondo, pero no se esperó tal traición: —¡Queremos ser como el tío Samu! —exclamaron ambos y las ilusiones del rubio se rompieron, incluso se pudo escuchar como un cristal se rompía en varios pedazos. Suna soltó una carcajada cargada de burla y lo señaló.

—Ya, tranquilo, aún pueden cambiar —dijo Megumi, abrazando al rubio por la espalda.

—¿Ya te traicionaron, Tsumu? —preguntó una voz femenina y Kota miró a Suzume acercarse tomada de la mano con Aran, Osamu estaba a un lado de ellos, usando una gorra de su tienda. Atsumu al ver a su gemelo le dio la espalda resentido.

—¡Tío Samu! —exclamaron los gemelos y Osamu se agachó para darles un abrazo a los dos.

—Ser padre no es fácil —reconoció Kageyama con pesar y Kota le asintió —Es bueno, verla... senpai.

—Aw, aún te acuerdas —la chica se levantó y se llevó una mano al pecho.

—Claro que sí, gracias a ti llegamos a tiempo —dijo Hinata, acoplándose a la conversación —Nunca pensé que te casarías con Suna-kun.

Kota miró a su esposo, como éste cargaba a Kondo y le sonreía mientras le acariciaba. La vida era buena después de todo.

—Cosas de la vida, supongo —se encogió de hombros —¡Oh! ¡Tengo una idea! ¿Por qué no se ponen todos juntos para una foto?

Bokuto la abrazó por los hombros y asintió.

—¡Por mí no hay problema!

—¡Genial!

Pronto todo el equipo, más Osamu, Suzume y Megumi, junto con los gemelos del rubio Miya, uno siendo tomado por Atsumu y el otro por Aran, y Kondo sentado en los hombros de Suna, se posicionaron para la foto. Kota apuntó con la cámara profesional al equipo nacional de Japón y sonriendo miró a su esposo.

Oye, tú, sí, el chico de ojos de gato y con cara de aburrido, sonríe —le pidió, haciendo recuerdo de la primera vez que se conocieron y Suna se rió nasal, esta vez no negándose a sonreír junto a su hijo —Ahora sí, todos sonrían para mí... 3... 2... 1

El flash de la cámara indicó que la fotografía estaba lista, llena de colores y la familia de Kota se sonrió entre ellos.

Sí, la vida no era tan mala después de todo.

FIN

Smile For Me [Suna Rintaro]Where stories live. Discover now