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Un reto personal para Megumi fue acercarse a Kota. El primer paso fue sentarse con ella en el almuerzo. La pudo divisar a lo lejos, en una mesa vacía, bostezando con cara de aburrimeinto tomando solo una caja de leche, se acercó hasta ella con su bandeja y se sentó a su lado sin preguntar nada.

Kota sin captar su entorno todavía miró a Megumi a su costado y ella le sonrió.

—Hola, Kota-san.

—Ah, hey... —la castaña miró a otro lado y luego cayó en su compañera, devolviendo la cabeza hasta Megumi que todavía le sonría tiernamente —¡¿Huh?!

—¿Te importa que coma contigo? —le preguntó, comenzando a probar su plato y Kota alzó una ceja y pestañó tres veces aun costándole entender que su compañera estaba sentada a su lado.

—Tú...

—¿No te molesta cierto? —Megumi le preguntó con la boca llena de comida, viéndose feliz y casi brillante.

—Ah... ja... —tenía la mandíbula tensa, formulando una extraña sonrisa de lado y con incredulidad miró al frente negando con la cabeza —ya que, si ya estás comiendo.

—¡Ghrafas! —le agradeció sin poder pronunciar bien por tener las mejillas llenas de arroz y Kota asintió, todavía muy incómoda de que alguien estuviera sentada a su lado. No tenía puesta su mascarilla en el rostro por estar tomando de su leche y ya ni le importó ponérsela.

No pudo negar que tener compañía en el almuerzo era extraño.

—¿No tienes hambre? —preguntó Megumi y Kota negó, sin saber como reaccionar tener a alguien que le hablara —Nunca te había visto en el almuerzo.

—Sí, era esa la idea —musitó mirando a otro lado.

—¿Quieres ver algo genial? —le preguntó la chica sin escuchar a su compañera. Sacó su teléfono y mostró en la pantalla un video, un partido de hockey y Kota no entendió de quién se trataba —Son los de Inarizaki, fue un partido que tuvieron hace unos meses.

—Ah.

Algunas risillas burlonas se hicieron presentes alrededor de ellas y Kota escuchó cada una de ellas con cierto fastidio, "¿no es la monja?" "¿Qué hace con una delincuente?" "¿O no que está buena?" "Si tan solo no cubriera esas piernas" "Dios tiene suerte de tener una siriventa como ella"

Kota miró de mala manera a los chicos que hablaban estupideces y estuvo a punto de levantarse a patearles el trasero si no fuera que Megumi le volvió hablar, ella solo miró al teléfono de nuevo y les levantó el dedo de al medio al grupo de chicos que iba pasando sin mirarlos siquiera y ellos aceleraron su paso hasta su mesa.

—Siempre quise verlos de cerca —continuó Megumi con asombro, viendo el partido con atención y una sonrisa boba apareció en sus labios.

—¿A qué te refieres?

—¿No lo sabes? Son muy buenos, en especial los gemelos —explicó la contraria y Kota apoyó su codo en la mesa y su cabeza en su mano alzada mientras la miraba —, casi son un tesoro por aquí, estuvieron en el periódico local el año pasado —Kota estaba al tanto de eso, ella sacó la foto —Además, tiene a los chicos más lindos de Inarizaki... Son muy lindos —suspiró Megumi, muy enamorada.

Recordó el apodo: Monja.

—Oye, no los mires como si fueran dulces, ¿no quieres ser monja?

—Claro que sí —respondió de igual forma, como si estuviera en las nubes.

—Entonces no los mires así, se supone que tu amor y devoción va a Dios.

Smile For Me [Suna Rintaro]Where stories live. Discover now