Capítulo 25.

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NARRA DIEGO

Me dirigo rumbo a la casa de Andrés, ya que me ha invitado a cenar a su casa. Obviamente ya sabe que Liliana y yo terminamos, y aunque primero quiso matarme al pensar que quizá yo le hice algo a ella, después me abrazó y no pude evitar llorar. Al ser sábado, no tuvimos entrenamiento, así que para contarle lo que había pasado, tuve que pedirle que viniera a mi casa.

Andrés es como un hermano mayor para mí. Justo como lo que es Memo para Liliana, puedo entender perfectamente lo de ellos dos.

Llego a casa de Andrés y me estaciono en dónde es debido. Toco el timbre y segundos después aparece Sandra.

—Hola Diego —saluda sonriente.

—Hola Sandra.

—Pasa, Andrés está viendo la televisión en la sala.

—Gracias.

Me adentro a la casa y veo a Guardado en la sala y viendo una película. Se percata de mi presencia y sonríe.

—Hola hijo —saluda.

—Que onda, ¿Qué estás viendo?

—Una película que están pasando pero no sé cómo se llama.

Ambos reímos y él golpea levemente en el mueble, al lado suyo.

—Ven, vamos a jugar FIFA en lo que Sandra termina de preparar la cena.

—De acuerdo.

Me siento a su lado y en lo que él hace lo necesario para poner el juego, yo reviso mi teléfono. Me quedo contemplando el fondo de pantalla que es una foto de Liliana sonriendo.

Siento un vacío en mi interior. Apenas va un día que terminamos y la extraño. Es tan diferente saber que no podía hablar tanto con ella porque estaba ocupada a saber que ni hoy, ni mañana, ni los días siguientes hablaré con ella porque ya no somos novios.

—Es difícil al principio —dice Sandra detrás de mí, cargando a Catalina. La observo y ella sonríe—. Disculpa, iba pasando y alcancé a ver la foto de Lili.

—Sí, no te preocupes —digo.

Ella rodea el mueble y se sienta al lado mío. Catalina me sonríe y extiende sus brazos para que la cargue, por lo que la tomo y la coloco en mis piernas.

—Como te decía, es difícil al principio de la ruptura. Extrañas todo: sus risa, su voz, los mensajes, las llamadas, los abrazos, los besos, y sobre todo, los momentos que pasaron juntos —dice con voz tranquila—. Y va a doler, va doler varios días todavía. Pero con el tiempo, y si pones de tu parte, lo superarás.

—No sé si pueda superarla —digo con voz ronca.

—Mira Diego, yo no puedo decirte si la decisión que tomaron sea la correcta o no. Cualquiera puede decir que el amor lo puede todo —me dedica una mirada cariñosa y niega con la cabeza—. Pero no es verdad. El amor a veces no es suficiente. Hay situaciones que nos rebasan y no porque haya amor debemos quedarnos ahí.

—Sandra tiene razón —concuerda Andrés—. No tengo duda de que amas a Lili y que ella te ama a ti, pero la distancia y la poca comunicación estaba comenzando a afectarles. Y tú no podías reclarmarle a ella sobre el tiempo que le dedica a lo que ella ama hacer, ni ella podía reclarmarte a ti.

—Nunca me hubiera atrevido a hacerlo —digo—. Ella tiene muy en claro lo que quiere, y sé que me ama pero Liliana no es de las chicas que cambia sus planes por amor. Me ama pero también se ama a ella misma. Y yo la amo, jamás hubiera querido que me diera más prioridad a mi que a la enfermería.

Me hiciste brillar || Diego LainezWhere stories live. Discover now