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—¡Vienen las casacas rojas, vienen las casacas rojas!
—Solo para que sepan, si rompimos muchas cosas en Texas y no me arrepiento de nada.
—Rosalie y yo rompemos muchos árboles cuando vamos a cazar.
—Alice es el claro ejemplo de que las apariencias engañan.
—Si salimos de esta quiero adoptar un bebé.
Al terminar nuestra confesiones, soltamos nuestras manos viendo como los Vulturis se acercaban, me abrace de Alexander observando el gran ejército de Aro. Definitivamente no iban a escucharnos.
Los lobos comenzaron a aparecer para esparcirse en nuestro lado, Seth y Paul se quedaron cerca de nosotros mientras que Jacob se iba a lado de Bella.
El primero en hablar fue Carlisle como siempre, en total calma. El debía hacer que los Vulturis quisieran escucharnos.
—Palabras justas, Carlisle pero un poco fuera de lugar, considerando el batallón que has formado frente a nosotros.
—Te doy mi palabra... Esa nunca fue mi intención, no se ha roto ninguna ley.
—Vemos a la niña, no trates de mentirnos.
—¿Quién es? Ya me dieron ganas de golpearlo.
—Caius... Pero guarda silencio.
Obedecí a Rosalie observando la conversación que se formaba y el cómo Aro pedía que Edward se acercara. El cobrizo me hizo una seña para que me quedara con Bella, sin dudarlo camine hasta quedar a lado de mi hermana viendo como Renesmee se abrazaba de Jacob.
Aquellos minutos en lo que el hombre leía la mente de Edward habían parecido horas.
—Quisiera conocerla.
—Debes venir conmigo, seguimos siendo las más fuertes—asentí tomando la mano de Renesmee comenzando a caminar hacia los Vulturis.
Emmett se unió a nuestra caminata hasta llegar frente a Aro, su risa en definitiva era escalofriante.
Bella y yo soltamos a Renesmee cuando Aro pidió leer su mente, si pudiera estaría temblando del miedo.
—Hola, Aro.
—¡Magnífico!—exclamó cuando Ness alejo su mano de su rostro—Mitad mortal, mitad inmortal. Concebida y llevada por esta neófita cuando aún era humana.
