Ψυтα θккσтsυ

Začať od začiatku
                                    

—¿Es una broma? —Inquirió, cuando la mirada penetrante de su amiga no dejo de tener tal brillo de determinación. Se rasco la nuca y paso su mirada por todos lados, luego, volvió a mirar de nuevo la revista y la tomo entre sus manos para mirar mejor el contenido.

Sus mejillas se pusieron rojas con lo que veía, por supuesto que no encontraría ositos y caramelos, pero estar en esa situación le dejaba con un tipo de sentimientos extraño. Volteó a mirar a su amiga, quién no borraba su típica sonrisa amigable de su rostro, como si esperarán su respuesta paciente mente, aunque era todo lo contrario, por debajo de la mesa movía su pierna rápidamente gracias a que en realidad no tenía mucha paciencia realmente.

—¿Qué es lo que quieres hacer? —Pregunto dejando la revista en la mesa, con las mejillas rojas pero ya resignado por sus emociones. Si ella quería no se negaría, porque el también quería y sería de tontos desaprovechar la oportunidad.

Cuando sus palabras salieron de su boca, su amiga reflejo la felicidad pura de haber escuchado tal respuesta positiva. Tomó la revista y pasando algunas hojas, escogió por fin una página en particular. Era simple, sencillo, nada del otro mundo y aún así, sintió como se le calentaba el cuerpo cuando vio el contenido.

Trago duro y dejó el objeto a un lado, su amiga estaba sentada firmemente en su puesto y le miraba de una forma expectante. Colocó los codos sobre la mesa y se levantó levemente acercándose a la contraria. Estaban lo suficiente mente cerca, con la respiración algo pesada, fue su amiga quién cerró la cercanía y lamio sus labios lentamente, poco a poco el retrocedía y ella se acercaba, hasta que estuvo casi encima completamente de la mesa, introdujo su lengua a su boca y succionó la misma para luego enredarla con la suya. Bajo su mano y oprimió el bulto duro, mordió si labio inferior y lu chupo, para luego soltarlo y bajar hasta el cuello de yuta y lamer su manzana de adan.

—Mierda... —Susurro, mientras T/N se encargaba de desabrocharle los pantalones y sacar su erección. Se separó y dejó caer un poco de saliva en la punta y empezó a masturbarlo.

Yuta era un chico ejemplar, para todo el mundo, el era decidido y con control; con su mejor amiga era tan voluble, como si ella pudiese hacer y deshacer todo de el, por supuesto nadie sabía eso.

Después de llenar el cuello masculino de besos y lamidas calientes, se separó, volviendo a su lugar y bajo la atenta mirada de Yuta, se bajó la ropa interior y saco se uno de sus bolsillos un condón.

Se lo pasó a Yuta mientras caminaba hasta una de las ventanas y cerraba las cortinas, dejando específicamente la ventana de en medio abierta. Yuta se levantó de su lugar ya con el condón puesto, mientras tanto la muchacha se asomaba por la ventana y quedaba encima de la mesa que estaba justo abajo de la ventana. Yuta tomó los bordes de la falda y la subió hasta dejar expuesta a la muchacha, se relamió los labios y se arrodilló. Tomando ambas nalgas en sus manos, acercó su lengua al clítoris.

—T/N, pensé que a esta hora estarías llendo a casa con Yuta. —La linda muchacha que siempre le hablaba a esa hora, en esa misma ventana, Kana, quien siempre esperaba la oportunidad de salir con Yuta, pasando por encima de quién fuera solo para lograrlo, sus actitudes obsesivas fueron reveladas cuando casi causa la expulsión de dos compañeras de Yuta.

—Hola, Kana. —Puso su mejor sonrisa, reteniendo un gemido cuando sintió como Yuta oprimía su lengua contra su clítoris y luego jugaba con su entrada.

—¿Sabes si Yuta ya se fue?

Yuta metió dos de sus dedos en su intimidad y los apretó hacia arriba, haciendo que la muchacha disimuladamente, arqueara más la espalda y levantará más el culo.

—¿Por qué tendría que saberlo? —Coloco sus codos en el alféizar.

—Bueno... Ustedes son mejores amigos ¿No? Pensé que lo sabrías. —La muchacha hizo un puchero, mirándola con ojos de cachorrito.

𝔼𝕣𝕠𝕥𝕚𝕔 ℙ𝕝𝕒𝕔𝕖Where stories live. Discover now