Capítulo 25

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—¿Cómo que mi padre?— inquirió Rafe, al mismo tiempo que ponía una mano en su barbilla, para que lo mirase a los ojos.

Bella comenzó a contarle todo lo que habían descubierto y todas las pruebas que tenían, mientras él la escuchaba atentamente.

—Joder, como se lo monta tu padre.— comentó Barry, que ahora se encontraba sentado en uno de los sofás.

—Que te jodan, Barry.— Bella tensó la mandíbula.

Barry intentó acercarse a ella, pero antes de que pudiera estar más cerca, Rafe se puso en medio.

—Ni se te ocurra ponerle una mano encima.— dijo, a la vez que se encaraba.

—¿Crees que me intimidas?— Soltó una carcajada.

Barry no pudo añadir nada más, ya que Rafe le asestó un fuerte puñetazo, provocando que se tambaleara y cayera al suelo.

—Si que aguanta.— musitó la pecosa, mientras intentaba desatarse las manos.

Rafe se giró hacia ella y la ayudó a desatarse.

—Gracias. Aunque ya podía yo.— Bella se levantó de la silla.

—Claro. Lo que tú digas.— comentó, rodándo los ojos.

—Llévame a mi casa.

El chico se apresuró hasta llegar al coche y condujo hasta la casa de la pecosa.

—Quédate aquí.— dijo, cuando pararon enfrente de su casa. —Por favor.— musitó, para luego besar sus labios.

—Está bien.— habló, no muy convencido.

Bella bajó rápidamente del coche, y se dio cuenta de que la puerta principal estaba abierta.

—No. No. No.— Corrió hasta el salón donde, para su mala suerte, la pared se encontraba también abierta. —Joder.

Se dispuso a bajar las escaleras. Cuando bajó el último peldaño, todo el mundo se le vino abajo. La sala estaba totalmente vacía, todo lo que habían dejado allí ayer, ya no estaba.

—¡Joder!— sollozó, mientras le pegaba una patada a la mesa.

—¿Bella?— la llamó Rafe, mientras bajaba por las escaleras.

—Te dije que te quedases en el coche.— habló, mientras se giraba para mirarlo.

—¿Qué ha pasado aquí?— comentó, mirándo la sala completamente vacía.

—Pregúntaselo al gilipollas de tu padre.— dijo, mientras se sentaba en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, y pasaba las manos por su cara.

El chico caminó hasta llegar a su altura y se sentó a su lado.

—Bella.— Colocó un brazo alrededor de sus hombros hombros y la atrajo hacia él. —Te ayudaré a encontrar el maletín. Te lo juro.

—Bueno, pues vamos a buscarlo.— dijo, separándose de él y mirándolo.

Ante esto, Rafe depositó un beso en su frente, y ambos caminaron hasta llegar al coche.

—Vamos a casa de John B.— anunció.

Rafe puso una mueca de asco al escuchar ese nombre, pero disimuló asintiendo con la cabeza.
En unos pocos minutos, llegaron a casa del pecoso, y la chica bajó rápidamente del coche, para caminar hasta donde se encontraban sus amigos.

—¿Qué te ha pasado?— habló JJ, mientras se levantaba del sofá para colocar su mano en su barbilla, provocando que ésta lo mirase directamente a los ojos.

𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒 | Rafe CameronWhere stories live. Discover now