Te encontraré [CANTERBURY #2] [LARRY]

5. MIRAR MÁS ALLÁ

10 DE FEBRERO

LUGAR DESCONOCIDO

Hoy es un día importante para el solitario y desolado indivíduo cuyo nombre nadie quiere saber. Y parece ser que alguien más lo sabe, pues le han traído dos platitos rebosantes de comida : en uno, hay una deliciosa sopa de pollo bien caliente y reconfortante; y en el otro, un bocadillo del tamaño de la cabeza de un recién nacido con patata hervida y algo de pollo desmenuzado. Por no hablar de los dos vasos de agua llenos hasta los topes que le han traído.

El famélico ser no se lo piensa dos veces y devora a la velocidad del rayo la comida procurando no atragantarse. Hacía tanto tiempo que no ingería nada que casi había olvidado como masticar y el sabor que producen los alimentos.

Pero la felicidad no le dura mucho. Pasados unos minutos después de su banquete, la luz que se cuela por el boquete de su celda se atenúa hasta desaparecer. Entonces sus parpados se cierran con rapidez, pesados. Y cae redondo al frío, húmedo y sucio suelo.

Cuando vuelve a abrir los ojos, casi se queda ciego por culpa de la luz blanca que apunta directamente a sus pequeños ojos. Así que los cierra rápidamente parpadeando para recuperar su visión. Pero aunque su vista haya recuperado su potencial, tampoco consigue ver gran cosa. Solo un techo palidísimo que parece llenarlo todo. Tiene las muñecas, los tobillos y el cuello fuertemente atados con correas a la camilla en la que está acostado.

El pequeño indivíduo empieza a sentirse abrumado, nervioso y muy austado. ¿Qué está pasando? ¿Dónde está? ¿Qué van a hacerle?

De pronto se oye un ruido y una puerta se abre con el sonido electrónico de un click dejando entrar una figura en la habitación. Al instante el indivíduo reconoce a la persona que acaba de entrar y se le hiela la sangre.

- ¿Ya te has despertado? - pregunta el hombre para después susurrar el nombre del pequeño ser atado a la camilla - Espero que la comida haya sido de tu agrado, aunque alomejor has notado el ingrediente especial que hemos añadido casi por accidente.

El ente en la camilla tiembla ante las palabras del hombre que tiene delante suyo. Por supuesto estaba planeado envenenarle y dejarlo inconsciente para llevarlo a esa sala para hacerle Dios sabe qué. De solo imaginarlo se le pone la piel de gallina mas cuando el hombre pasea su ancha y ruda mano por su delgada pierna. Un escalofrío le recorre el cuerpo ferozmente haciéndolo temblar ligeramente de la cabeza a los pies. Los dedos del hombre continúan acariciando su piel hasta detenerse en el borde de su viejo, sucio y desgastado pantalón militar.

- Otra vez no porfavor - pide el debil ser en un susurro entrecortado.

El hombre frunce el ceño con furia y pasa la mano por el muslo por encima del pantalón hasta detenerse en el abdomen. Sus ojos color chocolate sostienen la mirada del menor. Una leve sonrisilla maliciosa se dibuja en sus labios para ser borrada rápidamente por un gesto tosco. Levanta la mano que tenía apoyada en el abdomen y la convierte en un puño que aterriza directamente en la esquelética mejilla del otro. Éste gime de dolor y unas lágrimas rebeldes brotan de sus ojos al igual que la sangre empieza a brotar en el interior de su boca dejándole un sabor metálico.

- ¡A nadie le importa lo que tú quieres! ¿Me oyes?- dice gritando después de propinarle un bofetón en la otra mejilla - ¡Vas a hacer lo que yo quiero y punto!

Sus respiraciones están agitadas. En el rostro del herido, el temor es quien manda además de las lágrimas que trazan húmedas línias sobre sus delgaduchos pómulos.

Pasados unos largos minutos en silencio, el hombre, mucho más calmado y con voz serena retoma la palabra :

- Ya sabes como funciona esto : quítate la ropa y métete ahí, - señala una puerta detrás suyo - y espera que funcione. Te toca una hora y media.