D. Disaster

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La culpa llega a ser un sentimiento muy destructivo que termina por volver locas a muchas personas.

Y vaya que si, varios días habían pasado desde aquella noche de descubrimientos y con ello, el rubio había desaparecido abruptamente de todo el radar.

No se había presentado a ninguna clase preocupando a todos.

Kensuke, al saber eso, decidió cancelar sus huidas de sus amigos por el plan que llevaba a cabo con su hermano ya que el hecho de que su mejor amigo estuviera desaparecido le preocupaba.

Shige y Kensuke estaban prácticamente elaborando planes complicados con mucho miedo, mientras los otros dos se limitaban a morderse los dedos de nervios.

El único que no decía nada era Hasekura, quien había buscado por su parte al contrario llevándose muchas decepciones.

Era su culpa, por ello el ojiverde había tomado acciones tan extremas, debido a eso no podía evitar sentirse desesperado por encontrarlo.

Para todos los demás, Hasekura se portaba igual de frío que siempre, pero el menor y pareja de este sintió su aura extraña por lo que supuso que podría violentar un poco de su plan.

Después de todo, extrañaba ver a Hasekura, sirve que le sacaba información de cómo iba todo ya que su plan estaba en marcha.

-Oye Hasekura, las clases ya terminaron.

-¿Y qué sucede con ello?

-Bueno, lo que pasa es que hoy tengo tiempo, he estado muy ausente pero quiero compensarlo, anda, yo invito, comeremos yaki...-Empezo Kensuke con alegria mientras el ojimiel terminaba de guardar sus cosas recordando un detalle que había pasado por alto.

-Sera otro día, Ken, acaba de llegar a mi una respuesta.

-Pero... Creí que...

-Lo siento, tengo cosas importantes que arreglar, será para la próxima.

El ojimiel tomó sus cosas y corrió fuera de la escuela dejando al grupo de amigos y su novio totalmente en shock.

Nunca había ignorado tan abruptamente al pequeño pelinegro, él era su adoración, nunca rechazaría una cita con él.

Kensuke intuyo que había algo más, pero debía esperar un poco para averiguar de qué iba ese drástico cambio.

Por su parte, el de ojos mieles corría hasta llegar cerca de un establecimiento donde antes se reunía la antigua banda a la que pertenecía el rubio.

El lugar estaba abandonado en malas condiciones, pero al ver la cerradura y la manija se dio cuenta que alguien estaba ahi.

Prácticamente entró por la fuerza y caminó hasta el cuarto de empleados encontrándose al rubio con las mejillas rojizas tumbado en una cama totalmente desgastada con lágrimas escurriendo cubriendo las manchas de las que ya estaban secas.

Cruzo sus brazos para hablar de forma seria ocultando su preocupación.

-Asi que aquí estabas, y lo peor, tan llorón como siempre.

-¡La... Larga... Te! Mentiroso-Tartamudeo el rubio dándole la espalda mientras temblaba dejando al ojimiel lastimado.

Estaba más que deprimido, parecía que lo emocional le estaba calando hasta en lo físico, por lo que se agachó a su altura y suspiro.

-Reconozco que metí la pata, lo lamento, no debí mentirte ni ocultarte algo tan serio. No lo haré jamás, así que mejor voltéate y mírame.

El rubio se tensó un poco, pero al final, cedió y encaró viendo de forma directa los ojos mieles del mayor.

There's a thin line between LOVE... And HATE...Where stories live. Discover now