La Hermana de Sasuke [Finalizada 1er Temp]

cap 40

Era temprano por la mañana, ambos Uchiha dormían abrazados. Sin darse cuenta, la chica comenzó a apegarse a Itachi, retorciéndose un poco por el dolor que apareció. Una pesadilla la atormentaba

Yukiko estaba en el cuerpo de una niña, era idéntica a ella, por lo que supuso que era ella misma de pequeña. Estaba en un cuarto oscuro y frío, temblando y abrazándose a si misma.

-¿Cuándo vendrá papá?- preguntó en un susurro

- ... No lo sé, princesa... Lo siento...- respondió una voz muy similar a la de su hermano mayor

-N-No tienes que disculparte por n-nada, tu no tienes la culpa de q-que mamá no me quiera, tu me cuidas y eso es suficiente para mi- sonrió un poco

La puerta del cuarto de abrió, dejando ver la figura de una mujer, entrando con furia y tomando con fuerza el cabello de la pequeña. Podía sentir cada uno de los golpes que recibía.

Pareció una eternidad, hasta que ya no podía mantener los ojos abiertos, le pesaban los párpados. Su pequeño cuerpo no podía moverse, sentía mucho dolor y estaba llorando.

- m-mamá...- susurró extendiendo la mano en dirección a la mujer

- No quiero que vuelvas a acercarte a mí hija, maldito estorbo- dijo furiosa antes de dejar el cuarto.

Sus ojos se cerraron y sintió que todo a su alrededor desaparecía.

La de ojos celestes despertó abruptamente, aún abrazando a su hermano. Le dolía el cuerpo y sentía una fuerte opresión en el pecho.

Con cuidado, se soltó de los brazos de su hermano y fue a darse un buen baño, intentando no despertarlo. Lo cual, casi sucede. Había sentido debilidad en las piernas luego de dar un par de pasos, por lo que tuvo que sostenerse del primer mueble que encontró. Una vez que logró recobrar el equilibrio, fue directo al baño.

Se sorprendió bastante en el momento de mirarse al espejo. Habían marcas bastante notorias en su cuerpo, especialmente en su cuello y pecho. Se sonrojó realmente avergonzada, su rostro se volvió tan rojo como un tomate. Al darse la vuelta, se dio cuenta que su espalda también estaba marcada como su cuello, en el hombro tenía una mordida y su cintura era adornada por dos moretones grandes.

El color de su piel se había aclarado bastante con el deterioro de su cuerpo, por lo que ahora sí recibía el más mínimo golpe se le hacía un moretón. Se veía peor de lo que en realidad era, ya que apenas le dolía pero se veían feos.

Algunos minutos más tarde, salió de la ducha. Mucho más tranquila, la pesadilla ya no la molestaba. Se vistió y se secó el cabello. Mientras se miraba en el espejo, vio que una de sus aves llegó con una carta.

Miró hacia su hermano por si estaba despierto, no quería que se enterará de lo que pasaba. Rápidamente se acercó al ave y lo dejó pasar, tomando la carta que tenía el sello de Tsunade.

"Uchiha Yukiko, se solicita su regreso inmediato para combatir contra Pain y los Akatsuki, además, deberá proteger y servir como guardián de Uzumaki Naruto, el jinchuriki del Zorro de nueve colas

Se la espera a más tardar dos días, luego de la recepción de esta carta"

La chica estaba en shock, tendría que irse ese mismo día y no quería ir, pero no tenía opción. Se tragó las lágrimas y suspiró

Itachi- Buenos días, Yuki- saludó bostezando y ella se apresuró a esconderse la carta en el bolsillo

Yukiko- Buenos días- respondió volteando a verlo con una sonrisa, disimulando- Debes estar cansado... ¿Que quieres para desayunar?-

Itachi- Cualquier cosa está bien- le dijo mientras se estiraba y se iba al baño

Estaba tan dormido que no notó que estaba desnudo y ella estaba marcada de los pies a la cabeza. Solo lo notó, cuando se quiso quitar el pantalón y no lo encontró.

Mientras Itachi entraba en crisis, recordando absolutamente todo lo que sucedió el día anterior con su hermana, Yuki estaba en la cocina preparando el desayuno. La seriedad había invadido su rostro, tendría que buscar la manera de que él no estuviera alerta como de costumbre o la huida silenciosa se convertiría en una fuerte discusión para que no fuera a la aldea.

Yukiko- ¡Nii-sama, el desayuno ya está listo!- Exclamó llamándolo, al mismo tiempo que acomodó los platos llenos en la mesa

Itachi- ¿Cuál es el desayuno? ¿Tu?- dijo con seriedad y sarcasmo, a lo que ella se sonrojó casi desmayandose y él se dio cuenta de que no había sonado como esperaba- No, e-espera, e-eso no era lo que quise decir- se apresuró avergonzado

Yukiko- Nii-sama, veo que eres todo un desvergonzado- se burló, volviendo a la normalidad

Itachi- Eso no era lo que quería decir, bueno, no la manera-

Yukiko- Te ves tierno cuando te apenas- dijo con una sonrisa suave- ¿Creíste que lo de ayer y parte de hoy solo fue un sueño?- ya no se sonrojaba y solo servía el café con tranquilidad

Itachi- Si... Está bien si me odias, lo que hicimos no estuvo bien- dijo arrepentido

Yukiko- ¿Por qué debería odiarte? No hiciste nada en contra de mí voluntad, no me forzaste a nada- respondió tranquila- No es nada del otro mundo, Nii-sama, ¿Cómo crees que mantuvieron vivo el clan por tantos años? No sería nada nuevo, nuestros padres eran primos-

Itachi- ¿No te lastimé?- le preocupaba lo que había pasado

Yukiko- ... Define lastimar- dijo con una pequeña risa

Itachi- ... Cualquier daño físico- respondió inseguro

Yukiko- En ese caso, si, muchos- él se estaba por disculpar, pero ella se levantó y se quitó la camiseta, dejando a la vista todas las marcas que tenía- Y todavía hay más- se giró moviendo su cabello, mostrandole la espalda

Itachi- ¿Todo eso te lo hice yo?- susurró incrédulo de sus propias acciones

Yukiko- Nii-sama, llevo más de un mes aquí, los que tenía cuando llegue ya desaparecieron hace mucho tiempo, además eran menor cantidad- se rió volviendo a colocarse la ropa- ahora come que tienes que tomar la medicación- él asintió y comió en silencio

Dejaron asentar lo del día anterior un par de horas y luego lo repitieron hasta el anochecer. Tenían suerte de que Kisame no volvería ese día.

A la medianoche, el mayor estaba profundamente dormido y ella se levantó, dejando un clon ocupando su lugar. Tomó sus pertenencias y se marchó, dándole un último beso y dejando un pequeño obsequio junto con una carta para su hermano.

Tenía el presentimiento de que algo malo sucedería, y si ese "algo" era morir, quería dejarle un último recuerdo.