Su aliento le hacía cosquillas en la oreja.

Se estremeció. Sabía perfectamente a qué se refería.

Niall había contado todos los días y las noches desde su llegada, al principio con entusiasmo, y después con miedo.

—Um, dos semanas y cuatro días.

Zayn lo estrechó en sus brazos.

—Entonces no hay tiempo que perder.

Media hora por la mañana era todo lo que necesitaba para despejar el escritorio de todo aquello que requería su atención.

Estaba cansado de examinar documentos que no significaban nada, cansado de preocuparse por llamadas que no le habían devuelto y muy recientemente había descubierto el alivio de delegar en otra persona.

Media hora era suficiente para despejar el escritorio y dedicarle el resto del día a Niall, así que era una suerte que Niall le estuviera llamando en ese preciso instante.

—Trisha —dijo, haciendo una mueca. De repente recordó que debía haber llamado a su madre varios días antes—. Justo iba a llamarte.

—Tenemos que hablar —dijo ella—. Ha pasado mucho tiempo.

Tenía razón. Él mismo tenía muchas cosas que contarle.

—Bueno, ahora estamos hablando.

—Ven a verme a Atenas —dijo ella—. Tengo que ver a mi hijo. Tengo noticias que no puedo darte por teléfono.

Un frío escalofrío le recorrió la espalda.

—¿Qué sucede?

Hubo un momento de vacilación al otro lado de la línea.

—Ven a Atenas.

***

Sin duda más tarde se levantaría un poco de viento. A esas alturas ya conocía muy bien el clima de la zona. Al mediodía siempre hacía un poco de brisa, pero, por el momento, las aguas de la caldera del volcán estaban en calma total bajo el sol de primavera.

A lo lejos podía oír a un grupo de turistas buscando la foto perfecta. En cualquier rincón de Santorini se podía encontrar la instantánea más bella, pero el recinto de la piscina era privado y estaba muy alejado de los principales caminos turísticos. Sus voces se diluyeron en la distancia y todo volvió a estar en silencio.

Niall estaba sin aliento, después de todos los largos que había hecho, pero eso era bueno. También tenía un montón de libros sobre Santorini, su historia y su arqueología. Tenía que mantenerse ocupado, dado que Zayn no volvería por lo menos hasta el día siguiente.

Una punzada de decepción se clavó en su vientre. Muy pronto ya no volvería a verlo jamás.

Kalimera. Espero no molestarte.

Niall se sobresaltó.

En ausencia de Zayn, esperaba que Petra estuviera muy ocupada atendiendo la oficina. Jamás hubiera esperado que se presentara en la piscina con un diminuto bikini negro y un pareo que apenas le tapaba nada.

Kalimera —dijo Niall, haciendo uso del poco griego que sabía.

El mismo llevaba un pequeño traje de baño de diseño seleccionado por Bernadette; un estampado de pinceladas azules y verdes que hacían juego con sus ojos.

Niall sabía que la prenda le sentaba bien. Sin embargo, comparada con la esbelta Petra, se sentía más pequeño y deforme que nunca.

—No esperaba verte por aquí —le dijo, agarrando una toalla para cubrirse con la excusa de secarse el pelo. Todo lo que hiciera era poco para protegerse de la afilada mirada de la griega escultural.

Lover for Money | ZiallWhere stories live. Discover now