Capítulo V: Cuándo Quieras.

2.3K 259 4
                                    


Katie POV


No, no y no. No hay forma en que Melissa o Mel, cómo me acaba de pedir que la llame, este aquí, conmigo, queriendo conocerme. Aún recuerdo como me siguió y cómo me detuvo para hablar. No esperaba que hiciera eso o algo en absoluto, no después que por mucho tiempo no me prestó la atención que tenía en mi desde nuestro encuentro. Pero lo hizo. Me siguió y lo mejor, es que quiere conocerme. A mí. De toda la gente, ella quiere pasar su tiempo para saber de mí, no pude evitar preguntarle porqué lo hacía, y cuando dijo que por nosotras y no por los personajes, me sentí con un millón de adrenalina dentro de mi. Y luego, cómo si no estuviera mal por sus palabras o la forma en cómo me miraba, así cómo si fuese la única en su mundo, ella me lleva del brazo, guiándome. Y no puedo recordar un momento en que me gustara ese gesto, hasta que ella con su sonrisa perfecta y su calidez, me hacen quererlo más y más, siempre que venga de ella. No quiero saber si eso será un problema o no. Lo que sí, quiero es seguir teniéndola justo cómo ahora. Frente a mí, conmigo. Contándome una a una sus anécdotas en el set, como se siente ser una superheroína, aún cuando es pura ficción. Lo feliz que le hace cuando los fans le cuentan lo agradable que es el programa y cómo los distrae de su vida y ella sonríe tan grandemente y con tantas ganas, que sus ojos se cierran, aún mirándome fijamente mientras lleva su mano derecho a su dorado cabello, llevándolo a un costado. No puedo decidir qué parte es más perfecta que la otra. Lo que si puedo decir, es que ella lo es.

Mi relato no es tan sorprendente como el suyo, pero ella hace preguntas y va más allá queriendo tener el panorama completo de mi, por loco que eso sea. Yo soy la que debería estar atacándola con preguntas, pero parece que mi cerebro deja de pensar cuerdamente y mi boca deja de funcionar. Pero a ella no parece importarle eso, y yo soy feliz escuchando su suave voz, mientras la admiro a toda ella.

Mel me lleva de regreso al estudio para tomar mi auto conmigo. Aún con nuestros brazos cruzados, cómo cuándo salíamos de aquí. Todo siendo tan cómodo. Cómo si nos conociéramos de antes. Cómo si no hubiésemos chocado la una con la otra, hace apenas unas horas. Cómo si no fuese a estar poco tiempo aquí.

Nos separamos un poco al llegar a mi auto, y siento la pérdida de su calor enseguida. Me reprendo mentalmente por eso. No debería anhelar el toque de alguien que acabo de conocer. Salvo que lo hago, y no creo que eso cambie pronto. No sí ella sigue viéndome así.

- Tenemos que repetirlo, Katie... - dice suave. 

Asiento. - Cuando quieras. - digo en el mismo tono.

- Te tomaré la palabra, y no sabrás qué hacer conmigo. - dice algo divertida. O eso creo, no sé cómo explicar la forma en que sus labios dijeron esas palabras. 

- Eso no me hará retractarme, Mel.- digo intentando volver a la conversación. 

Ella sonríe. - Ahora estás hablando mi idioma. - dice jugando o eso creo, no puedo decidir que significa el tono que acaba de usar. 

Melissa me observa detenidamente, todo mi rostro es objeto de su mirada, y trato, juro que lo hago, trato de parecer lo más calmada posible, pero por la sonrisa que me lanza, sé que no está funcionando. Pero, si a ella no le molesta, ¿por qué me molestaría a mí?

Aún pérdida en mis pensamientos, no registro cuándo se acerca, hasta que ya la tengo cerca a mi,  mucho, y no me estoy quejando, su rostro en mi cuello y sus brazos encerrándome en un cálido abrazo, que no sabía que deseaba tanto, hasta ahora, Melissa parece saber qué es lo que necesito, y eso me gusta, más de lo que debería, pero de nuevo, si ella no tiene problemas, ¿por qué los tendría yo? 

- La pasé muy bien, gracias por tu compañía, fue encantador. - dicen sus palabras susurradas en mi oído. Toda la piel de mi rostro y parte de mi cuello, se erizó por completo ante sus palabras y lo cerca que su boca estaba de mi piel. 

Ella se aleja, mirándome con sus profundos ojos azules y no soy capaz de decir nada más. No hay palabras que puedan decir más que lo que ya ha hecho ella, así que asiento. Me da una última sonrisa, antes de darse media vuelta e irse. Dejándome sola, castigándome mentalmente por no haber dicho algo más, cuando claramente Melissa está interesada. Hago una nota mental para solucionar eso, antes de entrar a mi auto y dirigirme a casa.


SERENDIPIAWhere stories live. Discover now