||readers; chifuyu matsuno

ᴅɪsᴄᴜsɪᴏ́ɴ

¿Qué hacía el en mi casa justo ese día? Tenía sentido, no podía irme tan bien...

— ¿Shoko?— habló Chifuyu desde el sofá. Giré la cabeza para mirarlo, tenía el ceño fruncido y probablemente se había percatado del chico frente a mi.— ¿Estás bien?— preguntó levantándose del sofá y acercándose a donde me encontraba, frente a la puerta.

— Shoko...— dijo esta vez Izumi-senpai sonriendo levemente.— ¿Quién es este?— preguntó señalando a Chifuyu mientras fruncía el ceño.

—Yo...— aún estaba demasiado sorprendida, por lo cual, tragué saliva y traté de hablar. Al ver que me había quedado en blanco, Chifuyu respondió por mi.

—Su... novio.— habló mirándome con un ligero rubor en sus mejillas que pude observar por el rabillo del ojo.

— ¿Su novio...?— Izumi, al igual que Chifuyu, mantenía su mirada sobre mi lo que me hizo sentir como si ambos me estuvieran pidiendo explicaciones.

—Shoko...— Chifuyu tomó mi hombro y movió ligeramente pidiendo que respondiera por mi misma. De alguna manera desperté de mi trance y dirigí mi mirada a Chifuyu que me miraba preocupado. Me percaté de que mis ojos empezaban a arder pero retuve las lágrimas como pude y sonreí levemente hacia Chifuyu.— Te está hablando.— señaló a Izumi.

— Shoko, ¿Tienes... novio?— preguntó Izumi mirándome confundido. Giré mi rostro hacía Chifuyu el cual simplemente sonrió de lado y asentí.— ¿Qué?— exclamó incrédulo. Chifuyu apartó su mirada de mi y la dirigió a Izumi.

—Que tiene novio— dijo pasando su brazo por encima de mis hombros con una sonrisa amplia y acercándome a el.

— Oh, pensé que...— comenzó a decir Izumi. Yo solo podía fregarme la oreja con mi mano temblorosa para evitar llorar, un truco que me
enseñó mi madre de pequeña ya que era una niña que lloraba por cualquier cosa.— bueno, da igual— concluyó.— Si ya me has olvidado no importa.— dijo rascándose la nuca.

—Izumi-senpai...— traté de evitarlo pero se me quebró la voz al hablar.

—Me temo que me tengo que ir, si es una cita no interrumpiré.— Izumi giró sobre sus talones y se fue sin siquiera dejar que replicáramos o nos despidiéramos.

—Shoko...— dijo Chifuyu con un tono de voz suave cuando la silueta de Izumi desapareció de nuestra vista. En ese momento una lágrima ya rodaba por mi mejilla, mucho que procesar... ¿Cuando había vuelto? ¿Fue el el que me llamó?— No llores otra vez por favor— me tomó del brazo y suavemente me hizo caminar con él hasta dentro de mi casa de nuevo. Cerró la puerta y yo fui a sentarme en el sofá cabizbaja.—
¿Porqué lloras?— preguntó sentándose a mi lado.

—Cree que fue fácil...— Chifuyu me miró desde la puerta frunciendo el ceño— Pero me sentí muy mal— sollocé mientras hablaba.— Y no quiero que se sienta como yo me sentí por mi culpa... me sentiré como la peor persona del mundo.

—No es tu culpa...

—Lo es.

—No.

—Chifuyu...— me empezaba a doler la cabeza, me sentía muy mal.— Necesito estar sola.

—No te culpes, Shoko— habló acercándose a mi.

—Chifuyu...— dije tratando de evitar que la conversación siguiera en ese camino.

—¿Chifuyu...?— murmuró.