X

54 9 13
                                    


JENNA

- No lo entiendo.

Bien empezamos.

- ¿Qué...?

- Llevamos buscándolos desde que llegamos a Greenwoods. Han pasado semanas, hemos investigado todos los suicidios, hemos descifrado lo de las estrellas... y, aún así, es imposible dar con ellos y matarlos- Frey caminaba de un lado para el otro, obviamente molesto. Al parecer, aquella no iba a ser una noche de cena familiar feliz.- Y tú, Jenna, ya te has encontrado dos. ¡Dos!

- Puede que tenga un imán para los Shinigami- murmuré, pero fui consciente en cuanto lo dije que no era momento para bromas. Frey me fulminó con la mirada, y sentí como si me hiciese pequeñita en el sofá.- Lo siento.

- Es que no lo entiendo- repitió.- ¿Qué hacías en la iglesia, eh? ¿¡Por qué estabas allí?!

- Es una historia muy larga- murmuré, tapándome mejor con la manta. De pronto parecía que la temperatura había descendido varios grados.- Pero si os lo cuento todo... os veríais en la obligación de reportarlo a Whittemore.

Creo que fue el alto nivel de incredulidad lo que le impidió que Frey gritar. Abrió la boca, y se le marcaron mucho las venas del cuello, pero no llegó a emitir sonido. Kaleb lo observaba todo como un espectador, y acudió en seguida a evitar que explotase una guerra.

- ¡Vale! Vale, a ver, vamos a calmarnos- le puso una mano en el hombro a Frey, y después se volteó hacia mí.- Jenna, somos tus hermanos. Somos Frey y Kaleb, ¿vale? Y sabes que puedes confiar en nosotros. Estamos aquí para ayudarte...

- Involucra a Kyle, Kaleb- murmuré entre dientes, notando mis ojos húmedos por las lágrimas.- No puedo permitir que habléis con el Jefe. Si él supiese lo que yo sé, él...- noté un escalofrío por la espalda, y mis ojos se desbordaron, dejando las lágrimas caer raudas- sabéis como es. Tengo que proteger a Kyle, cueste lo que cueste...

- Maldita sea, Jenna- Frey había dado un golpe en la superficie de la mesa, haciendo que me sobresaltase.- Somos tus hermanos. ¡Acabas de matar a un Shinigami tú sola! ¡Sabes cosas que nosotros no!

- Eh, Frey, eh- Kaleb alzó las manos intentando sujetar a mi hermano.- No le grites. Cálmate.

- ¿Calmarme? -Frey sacudió la cabeza con frustración.- Hemos dejado que esto pasase. Te has puesto en peligro, Jenna, ¡porque ni siquiera eres capaz de confiar en nosotros!

- Lo siento- lloré, secándome las mejillas con el dorso de la mano.- ¡Lo siento! Tengo que proteger a Kyle. Tengo que salvarlo...

- Y nosotros tenemos que protegerte a ti, hermanita- Kaleb se arrodilló junto a mí, agarrando mi mano con la suya.- Déjanos ayudarte.


- Pero Whittemore...

- A la mierda Whittemore- soltó él, girándose hacia Frey.- Nuestra misión es resolver el caso de los Shinigami y acabar con ellos, y cuando lo hagamos, le pasaremos los informes redactados. Kyle no tiene por qué estar involucrado.


Kaleb intentaba solucionarlo por cualquier medio, pero a mí me seguía faltando el aire y todo parecía demasiado negro.


- Pero sí que lo está- murmuré en voz muy baja.- Creo que Kyle... creo que fue él quién los invocó.


Después de la palabra malsonante que Kaleb pronunció, se hizo el silencio. Yo quería abrir la boca y empezar a contárselo todo, pero un enorme nudo parecía haber obstruido mi garganta.

- Frey, di algo- jadeó al fin mi hermano.- Das más miedo callado que cuando te pones a pegar gritos y se te hinchan las venas.

Al final, Frey acabó suspirando. Se dejó caer en un sillón, estirando las piernas frente a él, y se frotó los ojos con el dorso de la mano.

CAZADORES DE DEMONIOSUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum