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JENNA

- Y... ¿cómo va vuestra investigación?

Ya llevábamos cuatro días en Greenwoods. Cuatro días tranquilos, sin incidentes; ni demonios, ni posesiones, ni más marcas siniestras de estrellas en las paredes del pueblo.

Vi la cara que Frey ponía ante mi pregunta y resoplé, rodando los ojos.

- ¡Vamos! No he matado ni un demonio desde que llegamos aquí, ¡sólo estoy interesada! Pero vale- alcé las manos en señal de derrota, fulminándolo con la mirada- no me digas nada. Me limitaré a cocinar, y a limpiar, y a estudiar. ¡No contéis con vuestra hermana para nada!

La reina del drama ha llegado.

- Eres terrorífica- me reprendió él, suspirando hondamente.- Estamos investigando los dos suicidios que ocurrieron. Según los registros de fallecimientos en Greenwoods, hace 4 años varios suicidios ocurrieron en este mismo pueblo... exactamente, cinco.

- ¿Cinco?- murmuré, pensativa, notando algo de preocupación en mi pecho.- ¿Uno por cada punta de la estrella?

Su rostro se contrajo en una mueca de disgusto, encogiéndose de hombros.

- Estamos trabajando para comprobar si en aquella ocasión también aparecieron las marcas en las paredes. Si es así, y sucede un suicidio por cada punta...

- Aún quedan tres suicidios más- terminé por él, mordiéndome el labio. Aquello no tenía buena pinta, además, ¿qué clase de demonio provocaba suicidios en función de un dibujo? Los demonios normales mataban, y punto; no se andaban con tonterías de aquella especie.

- ¿Ibas a alguna parte?- comentó entonces, queriendo cambiar de tema.

- Me voy a estudiar con Kyle. Tenemos un examen mañana.

- Umm, vale- Frey alzó ambas cejas oscuras, como si no se creyese lo que oía.- ¿Cómo está tu amigo? ¿Se ha recuperado del susto?

Asentí evasivamente, agarrando el abrigo del perchero y colgándomelo en el brazo. Aún no les había contado a mis hermanos sobre la investigación que Kyle y yo llevábamos a cabo sobre su extraño caso. Sabía que el caso de los suicidios era distinto a los demás que habían investigado hasta el momento; no se trataba sólo de llegar a una ciudad, matar a los demonios que había allí, y marcharse. Veía a Frey más preocupado y cansado de lo normal, e incluso Kaleb estaba distinto; no iba a cargarlos con un problema más.

- Volveré para hacer la cena- le dije, antes de marcharme.

***

La casa de la tía de Kyle era hermosa por fuera, de color crema, y con los marcos de las ventanas de un verde oscuro y una puerta de roble del mismo color. Toqué el timbre y esperé; tras escuchar unos cuantos gritos la puerta se abrió inmediatamente, apareciendo frente a mí una niña de unos diez años, de cabellos rubios, y una mirada escrutadora que me hizo vacilar.

- Umm, ¿está Kyle?- pregunté a la que supuse que era la prima de mi amigo, y entonces otra niña más apareció detrás de la primera, tan idéntica que lo único que cambiaba era la ropa con la que iba vestida.

Ambas intercambiaron una mirada traviesa, y con una sonrisa, me invitaron al fin a pasar.

- ¡Kyle!- gritó una de ellas. El muchacho no tardó en aparecer por una puerta, y las dos niñas volvieron a cruzar miradas traviesas.- ¡Tu novia ha llegado!

-Kyle tiene novia, tiene novia...- se burló entonces la otra, y no pude evitar una risa cuando vi la expresión hastiada que el chico ponía.

- No digas tonterías- le interrumpió la otra, golpeándole en el hombro.

CAZADORES DE DEMONIOSWhere stories live. Discover now