38 - Nuevo Hogar.

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[EXTRA2: Minsung]


Minho no podía evitar sonreír al ver a su alfa cargar tres cajas a la vez, marcando los músculos de sus brazos, expuestos por la remera sin mangas.

Eso y que su pareja estaba más que emocionado con la mudanza a su nuevo hogar.

En todos esos años de convivencia habían pasado por al menos cuatro departamentos distintos, siendo uno un poco mejor que el otro, pero esa sería su primera casa, nada de edificios, ruido de autos o la pesada atmósfera del centro.

Pequeña, al fondo del terreno de la familia a la que le pagaban la renta, una modesta y cómoda casa de tres ambientes, ubicada en un agradable barrio residencial por el que no pasaban muchas personas.

Luego de que Han decidiera actuar como un alfa, y no como un cachorro mantenido, para marcar a su algo raro novio y enfrentar a su familia, habían sido echados por los Han, porque no querían nada con un beta.

Pero era algo que tenían previsto, y Jisung ya había sacado casi todo su dinero de su cuenta, antes de que sus padres cancelaran su tarjeta, y los empleados del joven Han los habían ayudado a conseguir departamentos baratos, lo llamaban para preguntar por ambos y lo trataban como si fuera su hijo recién mudado, preocupándose por ambos y ofreciéndoles ayuda cada vez que la tuvieron difícil.

Así que las cosas habían cambiado rotundamente, pero para mejor.

Minho sólo asintió, sonriendo complacido por el gesto de su alfa.

La parte que más odiaba era la de bajar todas sus cosas, pero le encantaba ordenar todo, buscarle un lugar a cada mueble o pertenencia.

Al pasar hacia el fondo del terreno, siguiendo un cómodo cada mueble o pertenencia.

Al pasar hacia el fondo del terreno, siguiendo un cómodo camino de piedras, el beta notó la mirada de alguien sobre él.

Alzó la cabeza para encontrar a una joven hablando por celular, quien continuó mirándolo fijamente conforme caminaba.

Algo asustado, y con una sensación de haberla visto antes, Minho se refugió en su nuevo hogar casi corriendo hacia el interior.

Comenzó a ordenar las cosas de lo que sería el dormitorio, armando la cama, acomodando la ropa de ambos para luego comenzar a acomodar sus demás juguetes, cargadores de celulares, y una que otra pastilla para malestares que guardaban en las mesas de luz.

— ¡Minnie! — escuchó a Jisung llamar, subiendo las escaleras hacia el cuarto, se asomó por la puerta con expresión confundida— ¿Tengo algo en el trasero?

El castaño se giró, dejando a Minho admirar la vista.

— Mí mirada— dijo el beta, con una sonrisa divertida.

— Minho~, enserio— Jisung sonaba extrañamente avergonzado, haciéndolo sonar como un niño.

— Bien, ahora tienes mí mano— el chico apoyó su palma completamente sobre la nalga izquierda de su pareja, apoyando el mentón sobre el hombro del alfa para mirarlo de cerca—. ¿Por qué preguntas eso?

Jisung suspiró un poco.

— Es que una mujer no dejaba de mirarlo— comentó.

Minho frunció el ceño.

— ¿Mujer? — el beta lo vió asentir—. Espera, ¿Una chica en la ventana en la casa al frente?

— Si, ¿También te chequeó el culo?

Minho apartó su mano de Jisung para darle una fuerte nalgada haciendo al alfa retorcerse un poco.

— ¿Cómo que si me chequeó el culo, Jisung? ¿Te dejaste chequear? ¡Sólo yo te puedo chequear el culo!

— Me refiero a chequear pero con los ojos— habló Jisung, frotándose su adolorida nalga.

Minho quería golpearlo, o golpearse, ya ni lo sabía.

Amaba a Jisung con todo lo que tenía, pero muchas veces el alfa parecía un idiota.

A pesar de sus más de treinta años, Jisung todavía no era del todo consiente que era demasiado atractivo para el mundo, y que siempre lo había sido, hacia donde fuera varias personas lo miraran con encanto, aunque él nunca se daba cuenta.

Eso llevaba a Minho a celarlo mucho.

Por años no había tenido otro recurso que discutir con él casi siempre, por ser demasiado bueno y encantador, enamorando a omegas (y otros cuantos betas) por lo que era.

Y él sólo podía quedarse en impotencia, viéndolo salir con omegas por obligación de sus padres, que luego rechazaba porque no le interesaban.

Jisung estaba tan enamorado de Minho como lo estaba el beta de él, y eso sólo hacía que se amaran más.

Jisung no pudo evitar reír por lo bajo al ver a su lindo beta así por el tema.

Se volteó hacia él para apretarle un poco sus mejillas, haciendo que una mueca molesta aparezca en su apretujados rostro.

Comenzó a dejar pequeños besos, en su nariz, en su frente y en sus labios, hasta que logró sacarle una sonrisa al beta, siguió sosteniendo sus mejillas con cariño, mirándolo con ojos brillantes antes de besarlo profundamente.

Minho dejó que su alfa dominara completamente el beso, recorriendo su boca, bailando con su lengua de forma lenta.

Sintió el cariño que le transmitía el alfa a través del lazo, y sonrió, con los labios de Jisung aún sobre los suyos.

Eran los alfas quienes podían hacer un lazo capaz de transmitir los sentimientos a su pareja, aunque los betas no eran muy sensibles ante lo que transmitía la unión, por eso sólo podían sentir emociones fuertes.

Ambos se amaban con todo el corazón, y era algo que compartían, que ambos sentían.

Se separaron para mirarse con una sonrisa, cómo solían hacer cada vez que sus emociones se convertían en una entre ambos.

— Sabes que sólo tú puedes chequearme el culo, Minho— dijo Jisung, con una ligera risa.

— Cagaste el lindo momento— dijo el beta, rió sin poder evitarlo.

Sintiéndose mimado, Minho abrazó a Jisung para al menos darle un poco del cariño que se merecía, aunque nunca podría darle todo lo que le debía.

— Si me ayudas a ordenar todo puedes chequear el mío— murmuró el beta con diversión.

Minho sabía cómo obligar a Jisung a colaborar.

Así el alfa lo ayudó a acomodar todas las cosas de la cocina, aunque intentaba distraerlo con cariños, el beta era fiel a su palabra y el castaño era un vago  que no quería seguir guardando cubiertos hasta el aburrimiento.

Aunque Han terminó ganando, olvidando las cucharas y tenedores y todos esos utensilios para estrenar la cama de su nuevo hogar.




Fin♡









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